Nunca aplicó mejor para Eduardo Rivera Pérez aquello frase de que los carniceros de hoy serán las reses del mañana.
Tirado al piso, respaldado por un Yunque agonizante que ve de frente su exterminio, el ex alcalde sufre la misma maniobra que él mismo avaló y promovió en 2003 en la conspiración que dejó fuera a Luis Paredes Moctezuma de la candidatura a la gubernatura en 2004.
En esa maniobra, Lalo fue carnicero y ahora le toca el papel de res.
Karma Its a bitch, sin duda.
Cuando en 2001 Luis Paredes Moctezuma ganó la alcaldía a Carlos Alberto Julián y Nacer, se convirtió en el aspirante número uno a la candidatura panista a Casa Puebla.
Sus dos primeros años de gobierno fueron relativamente aceptables y eso activó el plan del Yunque para sacarlo de la carrera a través, claro, del mecanismo garrotero de las cuentas públicas.
En pleno 2004, en la fiebre sucesoria, durante su II informe como edil, Paredes anunció que separaría del cargo para iniciar su precampaña en el PAN.
La conjura fue encabezada por Eduardo Rivera como presidente estatal del PAN, con Víctor León y Rafael Micalco como operadores en el Congreso local. ¿La misión? Obstaculizar la aprobación de la cuenta pública 2002.
Con sucias maniobras, Rivera negoció directamente con Melquiades Morales la designación de Paco Fraile como candidato cómodo del PAN, procediendo a la inhabilitación.
Incluso, publicaron un desplegado el 8 de abril del 2005 contra Luis Paredes para desconocerlo como panista y proceder a su expulsión ofreciendo disculpas a los poblanos por haberlo postulado.
El desplegado de la ignominia acusaba directamente al ‘loquito’ Paredes de violar el Código de Ética del PAN y después se convirtió en la base para su expulsión.
“El Comité Directivo Estatal del PAN acordó por unanimidad, reprobar públicamente al alcalde del municipio de Puebla, Luis Paredes Moctezuma. No se puede y no se debe tolerar mentiras, incertidumbre, escándalos mediáticos o espectáculos políticos que en nada benefician a los ciudadanos.
“En el municipio de Puebla, el actuar como funcionario público del presidente municipal, Luis Paredes Moctezuma, se ha caracterizado por incumplir continuamente lo ordenado por el Código de Ética de Funcionarios Públicos de Acción Nacional.
“La ciudadanía ha estado inmersa en la incertidumbre. Situaciones como el aumento de sueldos de los regidores que ameritó un llamado público por parte del Comité Estatal anterior, la continua estrategia de escándalos públicos, las mentiras, las controversias, los continuos enfrentamientos con los ciudadanos, con los organismos empresariales y otras instituciones, además de los problemas de sus cuentas públicas, ha perjudicado sin duda la imagen de los gobernantes y de los gobiernos emanados del PAN.
“Los panistas lo ofertamos (a Luis Paredes) a la ciudadanía como candidato, somos responsables y en estricto sentido debemos ofrecer una disculpa pública a todos los ciudadanos del municipio de Puebla que vivieron en medio de la incertidumbre, el escándalo y la controversia”.
Como carnicero, Lalo fue muy eficiente, ya que sacó de la carrera a Paredes Moctezuma, quien después de unos años prófugo, jurídicamente terminó ganándolo todo e incluso reactivó su membresía en el PAN con todos su derechos como militante.
Pero el daño estaba hecho: la carrera política de Luis fue destruida, pasó años peleando en tribunales y luego lo ganó todo, pero ya no pudo aspirar a una diputación federal, senaduría o gubernatura.
El mismo camino que, al parecer, le espera a Lalo en los próximos años.
¿De qué se queja Lalo Rivera si él enseñó el camino?