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Miércoles, 17 Enero 2018 03:20

El acuerdo Meade-Moreno Valle: otra vez Puebla entregado

El acuerdo Meade-Moreno Valle: otra vez Puebla entregado Escrito Por :   Arturo Rueda

Así, el PRI poblano luce inmóvil aunque la candidatura parece resuelta en favor de Doger. Juan Carlos Lastiri perdió a su principal apoyo con la remoción de Osorio Chong de Gobernación, pero se dice que su amigo Jorge Márquez le consiguió una plurinominal para llevarlo a San Lázaro como parte de la negociación del ‘Chino’. Aun así, la semana pasada siguió agendando eventos con el objetivo de presionar a Los Pinos


¿Compró Pepe Meade a Moreno Valle el pacto de hacerlo ganar la elección presidencial en Puebla y al mismo tiempo convertir a Martha Erika Alonso en gobernadora? Todo indica que sí y que por tercera elección consecutiva el priismo poblano será abandonado a su suerte en una nueva negociación catastrófica para sus militantes. Sólo así puede explicarse la tardanza desesperante en  destapar al candidato a gobernador.

 

Todo el priismo poblano espera a Enrique Doger Guerrero como candidato. El ex alcalde tiene la renuncia a la delegación del IMSS firmada desde hace semanas. Pese a la misión imposible de ir en solitario sin el Panal e incluso sin el Verde, tiene la convicción guerrera de ir a una batalla que a cualquier otro le parece suicida. Esa convicción contagia a la militancia de que los triunfos son posibles.

 

Pero el destape no llega y nadie sabe por qué, creando un cuello de botella en las designaciones a alcaldías, diputaciones federales, senadurías, así como en el relevo imprescindible de Estefan Chidiac de la dirigencia estatal. Si fue inexplicable que apagaran las máquinas durante el periodo vacaciones, la parálisis hasta el día 17 de enero ya genera abierto sospechosismo.

 

Esa parálisis tricolor es avasallante y en apariencia tiene como objetivo frenar al aparato priista mientras Moreno Valle construye su juego, termina sus negociaciones con Anaya y entonces tiene el tiempo suficiente para desfondar al PRI poblano colocando alfiles con sus partidos satélites como Movimiento Ciudadano, PSI y Verde.

 

Meade y Ochoa Reza, el beneficiario de los taxis morenovallistas, no toman en cuenta que no sólo al grupo del ex gobernador le conviene esa parálisis. También lo es para Morena que ya designó a Barbosa como candidato a gobernador, a los ex priistas Armenta y Nancy como abanderados al Senado y los tres ya recorren el estado en busca de candidato potenciales y cuadros para robarle al tricolor.

 

Así, el PRI poblano luce inmóvil aunque la candidatura parece resuelta en favor de Doger.  Juan Carlos Lastiri perdió a su principal apoyo con la remoción de Osorio Chong de Gobernación, pero se dice que su amigo Jorge Márquez le consiguió una plurinominal para llevarlo a San Lázaro como parte de la negociación del ‘Chino’. Aun así, la semana pasada siguió agendando eventos con el objetivo de presionar a Los Pinos.

 

Porque la decisión del candidato a la gubernatura se va a tomar en Los Pinos pues Meade no tiene el poder suficiente para hacerlo. Su candidatura desfalleciente, la cuesta arriba para convencer a los priistas, su desastrosa comunicación, los pleitos internos y los rumores de la sustitución lo tienen muy ocupado. Quiere, pero no sabe cómo ser Jefe Político. Ni siquiera lo dejan. Peña Nieto sigue al mando de los controles, pero si todo fracasa Pepe Meade quedará como responsable histórico de la derrota.

 

En el PRI estatal dicen que es Moreno Valle quien continúa deteniendo el destape del candidato tricolor. En teoría se dice que Osorio Chong era el puente de la negociación, pero ahora que abandonó Gobernación y el poblano perdió uno de sus apoyos más importantes, no se sabe dónde comienza el embudo de las decisiones.

 

Quizá se explica todo en que Roberto Moya Clemente fue mejor interlocutor que Jorge Estefan Chidiac. Que la oferta de garantizarles por lo menos 800 mil votos en la elección presidencial los convenció de, nuevamente, dejar al tricolor poblano en la orfandad y darle tiempo a Moreno Valle a organizar su juego.

 

En el pecado llevarán la penitencia, porque el mismo tiempo que le han dado a Moreno Valle también lo recibieron las huestes de López Obrador en Puebla. Al final, además de Doger, quienes pagarán las consecuencias serán la fórmula al Senado, Estefan y Soraya, y de ahí para abajo.

 

Claro que la parálisis también puede explicarse como simple novatez. Ni Meade, ni Ochoa Reza, ni Aurelio Nuño saben qué chingaos hacer si de por sí la campaña presidencial es un caos de rumores y desorganización. Pero no se sabe qué es peor: la negociación con Moreno Valle o la simple pendejez.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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