Y con ella, hemos empezado a ver lo que ocurrirá en los próximos meses.

 

La difusión en redes sociales de información francamente falsa o sesgada respecto a José Antonio Meade Kuribreña ha comenzado a fluir, en un intento –quizá– por erosionar las simpatías que ha generado.

 

Hemos visto en los últimos años cómo las campañas políticas, tanto federales como locales, se han infestado de guerra sucia en un intento por demeritar al contrario en lugar de ensalzar las virtudes propias.

 

Esto ha comenzado a ocurrir ahora, con menos efectividad que antes, pero con la misma intención.

 

Estoy convencido que los mexicanos queremos un México en donde lo que prevalezca sean las ideas, el talento y las propuestas.

 

Es lamentable que algunos asesores de algunos políticos crean que a los ciudadanos se les va a convencer golpeando, denostando, insultando, inventando informaciones de los adversarios.

 

Este tipo de peleas en el lodo no arrojan, nunca, un ganador. Y ahí, nadie debe estar.

 

Las campañas electorales en el país y en Puebla, deben darle espacio a la propuesta, a los planteamientos de fondo.

 

A los candidatos debe interesarles sacar adelante al país y al estado, rescatar lo bueno que se ha hecho en los últimos años, acercarse a la sociedad.

 

Aquel candidato o partido que intente competir en cantidades de lodo va a encontrar, sin duda, una sociedad ávida de información, de conocer la oferta de quienes quieren gobernarla o representarla.

 

Intentar en la campaña electoral dividir a los mexicanos y descomponer a la sociedad es una estrategia que no ha tenido éxito en las últimas dos campañas presidenciales, pero que algunos pueden volver a intentarlo.

 

Buscar el voto en positivo siempre dejará algo a los ciudadanos, sobre todo a aquellos que quieren que el país camine hacia mejores horizontes.

 

Proponer, crear, construir, siempre será más difícil que criticar y destruir. Por ello, el esfuerzo de los candidatos debe centrarse en los que nos haga mejores como país y como estado.

 

Lo que sigue, pues, es la tarea más difícil, pero que nos permitirá a todos conocer a quienes quieren un país mejor, y a quienes quieren, solamente, una división entre los mexicanos.