Con la complacencia del gobierno morenovallista, mejor dicho abierta complicidad, tan pronto terminaron las obras del Segundo Piso, el consorcio OHL-Pinfra comenzó el robo más descarado a la vista de todos los poblanos mediante el levantamiento de guarniciones a uno y otro lado del bajo puente que adelgazó el flujo vehicular a sólo dos carriles y no tres como estaba antes. Ese robo del espacio público no tenía otro objetivo que hacer más tortuosa la circulación en los 15 kilómetros en la parte baja del Segundo Piso.
¿Por qué hacerla más tortuosa? Para ‘incentivar’ a los poblanos de subirse a la magna obra de Pinfra-OHL en su desesperación generada por los atascos y accidentes que se provocan en el bajo puente. Ahorrarse el caos y el tráfico desquiciante por una cuota módica de 55 pesos ‘incentiva’ a los usuarios locales por el robo de carriles.
Con un atraco tan evidente y cínico, Moreno Valle envió a Diego Cremean a justificarlo: se levantaron las guarniciones con el objetivo de construir una ciclopista que correría a cargo de los concesionarios con una inversión de 150 millones de pesos. ¡Vaya generosidad!
Por supuesto, OHL-Pinfra no gastó los 150 millones de pesos. Lo único que hizo fue rellenar de grava los amplios espacios robados al flujo vehicular y, en medio de tanta piedra, colocar un camino pintado de azul, sin accesos, señalamientos, protecciones ni puentes. Lo importante era medio justificar el robo en despoblado.
Vaya que los poblanos hemos sufrido la maquinación del Segundo Piso disfrazada de progreso. La cual por incluir al gobierno federal, estatal, y a dos corporaciones como OHL y Pinfra, casi casi constituye crimen organizado.
Ya CAMBIO documentó hace un mes cómo el fraude comenzó desde la SCT al apostarse por una obra como el Segundo Piso, cuando pudo hacer una adecuación semejante al Paso Exprés de Cuernavaca que costó una quinta parte, y además, no hay que pagar peaje.
Gracias a esas maquinaciones como robarse un carril de cada lado con el pretexto de la ciclopista, las ganancias de OHL-Pinfra se dispararon y van viento en popa. Un reporte de Periódico CENTRAL, con base en los informes de la Bolsa Mexicana de Valores, revela que el consorcio tuvo ingresos por 86 millones de pesos en el primer trimestre de operación, esto es de octubre a diciembre del 2016.
A ese ritmo, los ingresos anuales superan los 340 millones de pesos, con lo que ambas empresas recuperarán su inversión conjunta de 5 mil millones de pesos en apenas 15 años, y dado que la concesión fue otorgada por 30, tendrán otros 15 años de puras ganancias sin tomar en cuenta incrementos a la cuota de peaje, así como el crecimiento del aforo vehicular.
Una vez que las amenazas de bloquear la circulación al transporte de carga por el bajo puente no pudieron materializarse dado que no había razón jurídica válida, los cálculos del consorcio y de sus patrocinadores, tanto en el gobierno federal como en el morenovallismo, eran mantener cautivos a los usuarios locales que, reconozco, nos hemos visto en la necesidad de pagar el peaje ante una urgencia.
El ‘chanchullo’ disfrazado de ciclopista generó caos en toda la zona norte de la ciudad, especialmente afectando a los parques industriales, Volkswagen y sus proveedoras, así como la zona de la Central de Abastos. El Consejo Coordinador Empresarial y la Canacintra, en reuniones privadas, alzaron fuerte la voz y exigieron al gobernador frenar el ‘chanchullo’.
Aunque la decisión no fue bien vista por quienes lo consideran un “gerente” de la gubernatura, Antonio Gali se fajó los pantalones para detener el abuso de OHL-Pinfra y hoy mismo comenzarán a demoler la maldita ciclopista y sus guarniciones que nos robaron un carril. En el cuartel morenovallismo no debe haber sonrisas, pero las mayorías mandan y el abuso era flagrante. Un robo a la vista de todo Puebla.
A lo mejor ahora hay menos dinero para gastar en la presentación de libros.