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Miércoles, 19 Abril 2017 02:21

La traición de Armenta es contra Peña Nieto y Osorio Chong

La traición de Armenta es contra Peña Nieto y Osorio Chong Escrito Por :   Arturo Rueda

No pueden negarlo: Blanca, Estefan y Armenta fueron la tríada de la macro derrota, la peor en la historia del PRI. Juntos tomaron las decisiones más absurdas, extraviaron la estrategia mediática y sobretodo, nunca pudieron defender la honestidad de la candidata. Pero el nuevo alfil de Morena busca modificar la narrativa de la elección en su propio beneficio: no fueron ellos los culpables, sino el acuerdo del PRI nacional con Moreno Valle


En un partido político plagado de traidores, corruptos y ladrones, expulsar a Alejandro Armenta Mier es una decisión extrema que busca acortar la gangrena que el ex dirigente estatal y diputado federal está provocando en las bases del priismo poblano. Tal decisión anunciada por César Camacho, en acuerdo con el concesionario taxista poblano Ochoa Reza, lo único que provocará es ungir a Armenta Mier cuando menos, como candidato al Senado, y cuando más, como el abanderado a la gubernatura de Morena.

 

Por el contrario, Armenta Mier quiere alargar la agonía de su salida del tricolor, puesto que ella le da la cobertura noticiosa necesaria para crecer en las encuestas justo cuando la dirigencia nacional de Morena plantea el levantamiento de sondeos en los meses de junio y julio, para cuando el dedo divino de López Obrador definirá el rol que jugará cada uno de los peces que cambiaron de estanque antes de la fecha límite.

 

Conforme a las reglas escritas y no escritas de la política, Armenta está fuera del PRI. Así de simple, sin embargo, éste se niega a abandonar la nave porque su objetivo es crearle el mayor boquete posible, es decir, hacer evidente una y otra vez la traición del CEN tricolor al priismo poblano en su pacto mafioso de protección al morenovallismo.

 

Entrevistado ayer por Ricardo Morales en Efekto 10, el oriundo de Acatzingo narró cómo, en el aniversario luctuoso de Plutarco Elías Calles, encaró al concesionario taxista Enrique Ochoa Reza, también dirigente nacional del PRI, para pedirle que la cruzada anticorrupción se dirigiera también hacia Puebla, ya que aquí teníamos “al más hampón y corrupto de los ex gobernadores”, es decir, Moreno Valle.

 

—Eso tendrás que probarlo, habría respondido un furioso Enrique Ochoa, de acuerdo siempre con la versión de Armenta, lo que confirmaría su colusión con el morenovallismo.

 

Lo cierto es que, pese a sus locuras y exabruptos de los últimos tres años en los que exhibió un comportamiento notablemente esquizofrénico e incluso también pese a sus tristes antecedentes en materia de resultados electorales, ya que es el único que ha perdido dos veces la gubernatura, una como dirigente estatal y otra como coordinador de campaña, Armenta Mier es un cuadro notable del tricolor.

 

Tampoco es una baja menor, dado que el peñanietismo impulsó su crecimiento político. En 2012 fue designado coordinador de campaña de Peña Nieto en Puebla y luego Osorio Chong le dio refugio en Segob dándole la chamba de director del Registro Nacional de Población. En 2015, afirman los morenovallistas, le dejaron pasar en Tepeaca toda vez que su triunfo fue petición directa de Osorio Chong que lo tenía fichado como uno de sus cuadros poblanos.

 

La traición de Armenta Mier, aunque en teoría se dirige a César Camacho y a Enrique Ochoa Reza, en realidad golpea a Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Osorio Chong, aunque éste todavía no se atreve a señalarlos directamente.

 

Y esa es precisamente la misión que Yeidckol Polevnsky le dio a Armenta: acelerar el desfonde de las bases tricolores. Y vaya que tiene con qué, ya que al final el oriundo de Acatzingo conoce el vientre de la ballena. Fue parte del marinismo más duro, cómplice en la entrega del poder en 2010 y tercer espada en la espantosa derrota de Blanca Alcalá en 2016 junto con el inefable Jorge Estefan Chidiac.

 

No pueden negarlo: Blanca, Estefan y Armenta fueron la tríada de la macro derrota, la peor en la historia del PRI. Juntos tomaron las decisiones más absurdas, extraviaron la estrategia mediática y sobretodo, nunca pudieron defender la honestidad de la candidata. Pero el nuevo alfil de Morena busca modificar la narrativa de la elección en su propio beneficio: no fueron ellos los culpables, sino el acuerdo del PRI nacional con Moreno Valle.

 

A cambio de ejecutar la traición contra el partido que lo hizo todo, incluso general de las derrotas, a Armenta Mier le han prometido incluirlo en la medición ordenada por AMLO y considerarlo como una seria posibilidad para abanderar a Morena. Por supuesto, a él le tocará crecer en las encuestas y convencer a López Obrador de su función de doble ariete.

 

Traidor traidor, pero Armenta Mier ejecuta bien su doble función de ariete: lo mismo ya pega en el PRI para acelerar la fuga de militantes decepcionados, y por el otro, golpea al morenovallismo con la cantinela de la deuda impagable.

 

 

Todo le funciona bien a Armenta, excepto la salud mental necesaria para encarar un momento así. 

 

 

 

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