Que la inhabilitación de Eduardo Rivera Pérez tiene como objetivo sacarlo de la carrera del 2018 es una lectura simplista, primaria y facilona, digna del filósofo de Güemez. Es evidente que, con el férreo control político que ejerce el morenovallismo, jamás el ex edil podría ganar una contienda interna para disputarle a Martha Erika Alonso la candidatura a Casa Puebla.
Incluso si la nominación se diera por encuestas, la esposa del ex gobernador lo rebasa ampliamente desde ahora y en ese rubro tampoco podría competir. Sus caminos están cerrados.
Si Eduardo Rivera no tenía opción de llegar a la candidatura ni por la vía de una contienda interna ni por las encuestas, ¿por qué el golpe político? Creo que hay dos opciones a analizar.
Esta es la primera hipótesis:
De llegar a la contienda interna contra Martha Erika y perder, como es previsible, Lalo Rivera tendría derecho a recibir o la primera fórmula al Senado o incluso, si le saliera los números, a la alcaldía de Puebla para repetir como presidente municipal.
Eso, por supuesto, descuadraría los planes del morenovallismo que quieren, como en la pirinola, ganar todo y no dejar espacios a otros grupos políticos. Así, sin ninguna candidatura, el Yunque terminaría por extinguirse. Esta versión se respalda, por ejemplo, en el entusiasmo de Pablo Rodríguez de participar en la carnicería, dado que se trata de unos de los tiradores al Senado como ya lo ha declarado públicamente.
Hipótesis dos.
La única vía para que Eduardo Rivera Pérez pudiera colarse como candidato a la gubernatura es la designación directa del CEN, una amenaza que lanzó hace un mes Ricardo Anaya a Moreno Valle para obligarlo a apoyar a Josefina Vázquez Mota. Es decir, el líder nacional del PAN se equivocó al adelantarle al ex gobernador poblano su jugada, su plan B para impedir la postulación de Martha Erika.
Previsor, Moreno Valle decidió cortarle a Anaya su amenaza, ya que ahora no hay nadie que el CEN pudiera imponer en vez de Martha Erika Alonso. En otras palabras: si ahora Anaya atrae el proceso de designación de candidato a la gubernatura, la única opción que tiene es la esposa del ex gobernador, o postular a un don nadie no competitivo que llevaría al PAN a la derrota irremediable.
Con la inhabilitación de Lalo, Moreno Valle calcula haber cerrado los caminos a la injerencia del CEN, ya que la carta alterna de Anaya ha sido imposibilitada de contender y ahora no podrán construir otra figura competitiva en los escasos meses que quedan para las definiciones.
Tampoco tendrán que compartir el pastel de las candidaturas del 2018, debido a que al inhabilitar a Rivera Pérez, el Yunque queda descabezado y sin posibilidades de reclamar diputaciones, presidencias municipales y regidurías.
Ahora sí, parece que el reino morenovallista no tendrá fin…
Eso, o Anaya nos saldrá con una jugada espectacular.