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Martes, 19 Diciembre 2017 03:32

La alianza Moreno Valle-Osorio Chong para que pierdan todos

La alianza Moreno Valle-Osorio Chong para que pierdan todos Escrito Por :   Arturo Rueda

Lastiri o Doger, Doger o Lastiri, van al matadero. Pero no es la única víctima pues colateralmente también lo es Jorge Estefan Chidiac, a quien se le cierran los espacios en el equipo nacional de Meade y tampoco tiene  garantías de entrar a la lista plurinominal del Senado en los primeros lugares. Su único pasaporte a la Cámara Alta era la primera fórmula por Puebla, pero ahora que el tricolor es el Llanero Solitario, sabe que tiene todo para perder


Ya es un secreto a voces que se comenta en todos los niveles: la pugna feroz entre el grupo de tecnócratas apoderados del CEN tricolor y las candidaturas, y el perdedor de la sucesión presidencial Miguel Ángel Osorio Chong, respaldado por priistas tradicionales, decididos a sabotear la campaña de Pepe Meade con el objetivo de apropiarse de las plurinominales. En medio de ambos bandos, un Enrique Peña Nieto paralizado, rehén de su propio descrédito e incapaz de inclinar la balanza para no perder lo poco que le queda de aliados.

 

Este sabotaje operado desde Segob es la versión millenial de las manos caídas de Manuel Bartlett en 1988. No sólo tiene que ver con el ultra comentado asunto de la suma del Partido Encuentro Social (PES) al bloque de López Obrador que de golpe y plumazo representó la pérdida de 3 millones de votos para Meade. Aunque Osorio Chong se escude afirmando que no es dueño de esa franquicia, desde Segob había los controles necesarios para impedirla. Pero hubo huelga de brazos caídos.

 

El intelectual Jorge G. Castañeda, ahora asesor de Ricardo Anaya en el Frente, personaje cercanísimo a Elba Esther Gordillo, reveló ayer otra trama: la prisión domiciliaria para La Maestra no es un pago de favores a la dirigencia del Panal por firmar la coalición, sino una declaración de guerra a la cúpula de Juan Díaz de la Torre y Luis Castro, ya que Gordillo buscará recuperar el partido que fundó, así como hacerles pagar la traición de dejarla sola. ¿A lo mejor a alguien se le olvidó que el secretario de Gobernación también fue parte del grupo de La Maestra y miembro de la Legislatura en la que ella fue coordinadora?

 

Pero en realidad el dato crucial del sabotaje es el extrañísimo convenio de coalición que el PRI firmó con el PVEM y el Panal, pues la ingeniería electoral no le cuadra a ninguno de los alquimistas que por años han operado las votaciones del partidazo: la coalición a nivel presidencial no sirve de nada si no era soportada por un esquema semejante al del 2015 que dio origen a los candidatos sandías: verdes por fuera, rojos por dentro como lo fueron Víctor Giorgana y Grace Palomares, para camuflar la marca tricolor.

 

¿De qué sirve ir coaligados sólo en 16 estados para senadores y 133 distritos para diputados federales? ¿Para qué además ceder el 30 por ciento de las candidaturas en las que sí van coaligados? ¿Cómo fue qué Ochoa Reza, Meade y Videgaray aceptaron pagar un costo tan alto por algo que no les garantiza nada?

 

Otra vez, dicen, la mano de Bucareli guió una negociación desastrosa para el grupo tecnocrático de Videgaray que se vio obligado a doblar las manos ante las exigencias del PVEM y el Panal.

 

Otra prueba de ese boicot es Puebla: no sólo se excluyó a nuestra entidad en el convenio de coalición depositado ante el INE. El PRI va a ir como Llanero Solitario, en una posición más débil todavía que la del 2013, 2015 y 2016. Pero esto tiene un efecto doble: fortalecer localmente al morenovallismo y darle un empujón a Andrés Manuel López Obrador en uno de los estados donde pinta para arrasar.

 

Con esa negociación solamente perdieron dos: Meade y el insensato que todavía quiera convertirse en candidato del PRI a la gubernatura. Esa carambola sólo puede lograrse desde la operación de Bucareli, o desde la falta de operación se vea el vaso medio lleno o medio vacío. Osorio Chong, tal como lo hizo en 2016, opera para su amigo para Moreno Valle. Lo novedoso es que ahora también opere para López Obrador.

 

Lastiri o Doger, Doger o Lastiri, van al matadero. Pero no es la única víctima, pues colateralmente también lo es Jorge Estefan Chidiac, a quien se le cierran los espacios en el equipo nacional de Meade y tampoco tiene  garantías de entrar a la lista plurinominal del Senado en los primeros lugares. Su único pasaporte a la Cámara Alta era la primera fórmula por Puebla, pero ahora que el tricolor es el Llanero Solitario, sabe que tiene todo para perder. En el equipo nacional de Meade no lo quieren. La gubernatura la ve perdida. Al final, todas sus pretensiones se van consolidar en la plurinominal uno… al Congreso local.

 

Moreno Valle, en su momento de debilidad, encontró una espalda en la que recargarse: la de Osorio Chong en rebeldía contra la tecnocracia que lo desplazó de la candidatura presidencial. Peña Nieto ni siquiera ha querido relevarlo de Segob porque no quiere pelearse con él: sabe demasiado de todo y si es posible que estuviera más resentido, sería un enemigo filtrando secretos presidenciales a diestra y siniestra.

 

Es probable que Moreno Valle haya encontrado una forma de ganar, aunque indirectamente eso también beneficie a López Obrador. En el centro de la ecuación, lo quieran ver o no, está El Chino Osorio Chong. Sí, el que debió ser candidato del PRI. Ambos ex gobernadores se saben perdedores. Pues ahora que pierdan todos.

 

 

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