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Miércoles, 22 Noviembre 2017 03:31

Ciudad de las Ideas, feminicidios y feministas radicales: la cura

Ciudad de las Ideas, feminicidios y feministas radicales: la cura Escrito Por :   Arturo Rueda

Las radicales del feminismo descubrirían la futilidad de sus argumentos contra los ‘machos’ o la acusación al ‘machismo’ como causa de la violencia de género si pudieran acudir a La Ciudad de las Ideas para escuchar a David Buss, psicólogo evolutivo de la Universidad de Texas, quien hace más de una década escribió un libro titulado ‘El asesino en la puerta de al lado’ y cuyas conclusiones, luego de cientos de estudios, nos dicen que cualquier persona es un asesino en potencia y que ese impulso homicida que permanece dormido se activa con ciertos gatillos emocionales y hasta biológicos


La Ciudad de Las Ideas en su décima edición, como en todas las anteriores, se convirtió en el gran suceso anual para los interesados en la innovación científica, tecnológica y del pensamiento. Pero también, como cada año, los odiadores del festival denostaron el evento organizado por Andrés Roemer cuestionando lo improductivo del dinero público que le destina el gobierno poblano.

 

Dicen los ‘Ideasfóbicos’ que ninguno de los planteamientos que se escuchan en el festival han tenido ninguna trascendencia o impacto, que se trata de una “triste pasarela de científicos e intelectuales”, que al final “no pasa nada” porque no incide en acciones para “cambiar el mundo”. Por todo eso y más, los 30 millones que aporta el gobierno de Puebla es dinero tirado a la basura.

 

Yo creo que La Ciudad de Las Ideas puede tener una gran utilidad… para quien quiera servirse de las ponencias que presentan científicos e intelectuales, no para quien quiera vivir encerrado en su mundo de fanatismo e intolerancia. A los radicales, en efecto, lo pendejos no se les va a quitar.

 

Ejemplificaré su utilidad de forma polémica: La Ciudad de las Ideas ayuda a entender la ola de feminicidios y la violencia de género que se vive en la entidad. Específicamente con la falta de responsabilidad de jovencitas que se suben en completo estado de ebriedad, solas, en taxis, Ubers o Cabify, colocándose en una situación de vulnerabilidad, como lo han evidenciado recientemente taxistas con videos colocados en redes sociales, y como desafortunadamente ocurrió  en el caso de Mara Castilla.

 

A las feministas radicales les hierve la sangre que algunos periodistas condenemos ese acto de irresponsabilidad. Que evidenciemos a las jovencitas que se colocan en una situación de riesgo adicional al que vivimos todos los días en clima de violencia generalizada. Esta postura me hizo ganarme una pancarta de “macho asqueroso” en la denominada Marcha de Las Putas bajo el título de “prensa machista”.

 

Las radicales del feminismo descubrirían la futilidad de sus argumentos contra los ‘machos’ o la acusación al ‘machismo’ como causa de la violencia de género si pudieran acudir a La Ciudad de las Ideas para escuchar a David Buss, psicólogo evolutivo de la Universidad de Texas, quien hace más de una década escribió un libro titulado ‘El asesino en la puerta de al lado’ y cuyas conclusiones, luego de cientos de estudios, nos dicen que cualquier persona es un asesino en potencia y que ese impulso homicida que permanece dormido se activa con ciertos gatillos emocionales y hasta biológicos. (No hay traducción del libro al español, desafortunadamente).

 

“Los seres humanos están programados para matar y cualquiera puede cometer un asesinato dependiendo de circunstancias y casos específicos”, concluye Buss al exponer un dato brutal: 91 por ciento de los hombres y el 84 por ciento de las mujeres "alguna vez tuvo fantasías de matar a alguien".

 

La Teoría de la Adaptación Homicida respalda la existencia de dos condiciones frecuentes bajo las cuales un hombre es propenso a recurrir al homicidio como estrategia evolutiva. La primera involucra la pérdida o amenaza de pérdida de una pareja sexual, y la segunda, el deterioro de su estatus social a raíz de una humillación pública.

 

La pérdida o amenaza de pérdida de una pareja encierra tanto la infidelidad como el abandono definitivo, siendo este último el detonante más potente ya que la infidelidad –explica Buss– puede ser vista por el hombre como un fracaso puntual, mientras que el abandono irremediable de la mujer supone el triunfo incuestionable del rival, la privación de un valioso recurso reproductivo y una grave ofensa a la reputación y al prestigio social.

 

El psicólogo evolutivo dice que “los primeros seis meses posteriores al término de la relación constituyen aquel lapso en el cual la mujer corre mayor peligro. Un hombre que, transcurrido este periodo no ha hallado una pareja sustituta por no considerar que exista ninguna equiparable a la anterior, puede dar inicio a una cacería humana caracterizada por un ritual de acechamiento donde el victimario da seguimiento a su presa y aguarda, agazapado, el momento indicado para atacar. Una mujer que ha dado término a un vínculo amoroso con un hombre cuya propensión a la violencia es evidente y significativa, debe elegir como mejor opción, el distanciamiento inmediato.

 

Dicen las feministas que para acabar con los feminicidios solamente es necesario “educar a los machos” a respetar a las mujeres. Pero el académico afirma que “pretender que puede predecirse con exactitud una respuesta homicida en un individuo es tan inconsistente como pretender que puede predecirse con exactitud cualquier otro tipo de comportamiento. La estructura mental del ser humano es tan compleja y se encuentra sujeta a una variedad de estímulos externos tan heterogénea”.

 

“Factores como la crianza, el entorno social, rasgos de la personalidad acentuados e incluso consideraciones de tipo neurológico juegan un papel fundamental tanto en la activación de una respuesta homicida adaptativa como en la inhibición de la misma”.

 

Los hallazgos de David Buss podrían explicar el feminicidio de Mara Castilla: Ricardo Alexis, el chofer de Cabify era un tipo común y corriente hasta la noche en que, después de llevar a la joven a su casa, se activó un gatillo psicológico que lo condujo a un motel donde la violó y mató. ¿Fue ese gatillo la situación de vulnerabilidad en que ella se colocó por su estado etílico?

 

Así pues, La Ciudad de las Ideas podría ayudar a entender los feminicidios y prevenirlos, así como nuevos abordajes al tema de violencia de género. Pero no lo hará porque para las feministas todo se reduce al ‘machismo’, así como al derecho que tienen las jovencitas de emborracharse, subirse a un taxi solas, sin que pueda calificarse como irresponsable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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