Tres semanas y Puebla ya es un regadero de cadáveres desde el debut oficial del Cártel Jalisco Nueva Generación. Llueven ejecutados por todas las regiones del estado.
Ayer fueron seis ejecutados, con diferentes características, pero hubo de todo: dos sin ojos, un desollado, un destazado. En los tres días previos, tres encobijados con narcomensaje. Antes, una narcomanta amenazando a autoridades carcelarias y a presos de San Miguel.
Todo inició con la limpia de hace tres semanas donde murieron líderes regionales como ‘El Kino’, ‘El Kalimba’ y más tarde su primo ‘El Irving’, quien lo habría entregado al CJNG. En total 20 muertos dejó esa semana de debut.
Como lo habíamos adelantado, la presencia del CJNG disparó el nivel de violencia en la entidad que ya de por sí era alto por la guerra del huachicol. Las huestes de Nemesio Oseguera ‘El Mencho’ se está dando un festín de cuervos.
El desembarco del CJNG es un secreto a voces que ni el gobierno estatal ni la SSP quieren reconocer mediáticamente para no poner en riesgo inversiones ni turismo. No obstante, los órganos de inteligencia del Ejército, la Marina y el Cisen saben que la guerra ya tomó otro nivel.
El gobierno de Gali, pese a negarlo en público, ha tomado sus primeras decisiones: incrementar en más de 20 por ciento el presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública. ‘Chucho’ Morales debe tener más agentes, equipamiento, armas y mejorar salarios a los policías. Vienen meses difíciles.
Cuando CAMBIO dio la exclusiva de la incursión del CJNG a Puebla, como es usual, descalificaron la información. Pero luego la DEA, más tarde una fuente anónima de SSP al diario Reforma, y ayer el informadísimo columnista Héctor de Mauleón confirmó con sus fuentes privilegiadas el regadero de sangre que vive la entidad.
Mauleón afirmó en su columna de El Universal: “El Cártel Jalisco Nueva Generación está abandonando cadáveres en Puebla. Desde hace varios días, los cuerpos aparecen con mensajes escritos en la piel. Ayer dejaron otro en el pecho de un hombre que fue torturado de manera bestial.
“El lunes apareció una narcomanta a unos pasos del Cereso de San Miguel. Anunciaba una limpia de Zetas y de funcionarios del sistema penitenciario estatal. Señalaba, también: Ya llegó el Cártel de Jalisco.
“A finales de octubre pasado Puebla se estremeció con una inaudita ola de sangre que cubrió varios municipios y alcanzó su punto culminante en una clínica ubicada en la capital del estado.
“En esa clínica, el líder huachicolero Jesús Martín Mirón, alias El Kalimba, se sometía a una intervención quirúrgica para cambiarse el rostro y algo más inesperado: las huellas dactilares.
“Sin embargo, hombres armados lo sorprendieron en el lugar. Según las autoridades estatales, un familiar suyo lo había traicionado: se llamaba Irving Coeto y le apodaban El Irving.
“Al Kalimba lo mataron a tiros y de paso asesinaron a su novia, a uno de sus guardaespaldas y al hermano del dueño de la clínica. Los asesinos huyeron, llevando consigo las cámaras de seguridad.
“El Irving apareció tirado dos días más tarde, al lado de una carretera en Palmar de Bravo. Entre ambos hechos hubo un saldo de 20 muertos y un reguero de sangre.
“No era sólo un pleito de pandilla entre huachicoleros. Desde enero de 2017 el gabinete de seguridad había informado que el Cártel Jalisco Nueva Generación disputaba a Los Zetas el robo de hidrocarburos en el llamado Triángulo Rojo, que entre otros abarca los municipios de Tepeaca, Palmar de Bravo, Acajete, Quecholac y Acatzingo.
“El enviado a librar esa guerra por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación fue un sujeto identificado como Antonio Martínez, El Toñín. El especialista en temas de seguridad Eduardo Guerrero ha mostrado que la estrategia de control de territorios del CJNG se basa en el uso desmedido de la violencia.
“No tardaron en aparecer los primeros muertos y descuartizados: formaban parte de la célula que comanda Roberto de los Santos de Jesús, alias El Bukanas, el líder Zeta más buscado en la entidad.
“Al Bukanas se le acusa del asesinato de tres agentes antisecuestros… se movió a Telpatlán. El jefe de plaza del Cártel Jalisco, El Toñín, aprovechó el vacío para tomar el control de más de cien kilómetros de territorio que atraviesa el gasoducto de Petróleos Mexicanos.
“El gobierno de Puebla, a través de su secretario de Seguridad Pública, ha negado que el Cártel Jalisco esté operando en la entidad.
“La Coparmex, sin embargo, admitió la presencia de este grupo delictivo y externó su preocupación. La presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación fue detectada, hace un año, en 16 estados. Hoy los reportes del gabinete de seguridad la ubican en 20.
“No hay duda que el cártel de Nemesio Oseguera, El Mencho, el más poderoso del país, ha realizado en Puebla su debut sangriento”.
Vienen semanas difíciles. Desgraciadamente, también le tocó vivir esto a Gali.