En algunos municipios se habla de hasta 10 candidatos a la presidencia municipal.

La gran mayoría tiene complejo de Mr. Bean, hacen cualquier ridículo para intentar robar reflectores y que la gente hablé de ellos y ellas.

Desde el que va a los taquitos de la esquina para fomentar la economía local, quién pinta una banqueta y lo anuncia hasta con rueda de prensa o quiénes construyen su campaña criticando al gobernante en turno de su municipio.

Lejos han quedado aquellos días de los liderazgos formados en el seno de la ciudadanía para conocer las verdaderas problemáticas de su localidad.

Hoy la desesperación por derrocar al gobernante en turno ha puesto ansioso a más de un suspirante.

El fantasma reeleccionista amenaza a más de uno.

Los cuadros están desgastados.

Candidatos que vienen de un par de derrotas se vislumbran en el horizonte con la promesa del "ahora sí ganamos".

Cuadros nuevos pierden la frescura influenciados por las viejas prácticas de los "gurús" partidistas.

Aún quedan algunos y algunas con nuevas ideas, convicción y entusiasmo, falta que los dejen pasar.

De lo que no cabe duda es que este 2021 cambiará todo.

Los partidos se darán cuenta de la caducidad de sus "vacas sagradas".

Tendrán que reforzar las fuerzas básicas partidarias si quieren volver a tener un lugar en el pensamiento colectivo.

Tiempo al tiempo.