En un debate que no quedará grabado en la historia política de Puebla, y en donde todos los candidatos exhibieron carencias sobre las facultades que tendrán como senadores, Alejandro Armenta fue la gran decepción de la polémica entre los aspirantes de la primera fórmula.
Pese a su amplia experiencia en cargos municipales, estatales y federales, así como el haber desempeñado la diputación federal y local, increíblemente se vio superado por la novata Nadia Navarro que hasta en tres ocasiones le conectó golpes que dejó sin respuesta.
Confiado en su primer lugar en las encuestas, Armenta dejó ir algo más valioso: convertirse en el nuevo líder moral de Morena en Puebla ante la debacle de Barbosa.
Digo increíblemente porque nadie esperaba nada de ‘Naiden’. Lucía como víctima propiciatoria de tres personajes con mucho mayor experiencia: Armenta, Geraldine y Lastiri. Especialmente el ex funcionario federal sólo tenía esta oportunidad para tratar de alcanzarla en las encuestas. Como es tradición en el zacatleco, disparó un ‘chanflazo’.
Con el debate de ayer, Lastiri sepultó su última esperanza de llegar a la Cámara Alta para acompañar a Osorio Chong. No es culpa de Moreno Valle, quien puso a un bulto en la candidatura del Frente para abrirle el espacio al ex subsecretario. Pero resultó que el bulto salió respondón. O respondona.
De hecho, Nadia conectó el primer golpe al exhibir la fotografía de Luis Miguel Barbosa durmiendo en la Cámara Alta y que circula desde hace años en las redes sociales. El mensaje fue contundente: yo no voy a irme a dormir al Senado.
¿Cuál fue la respuesta de Armenta? Por supuesto, no defender al candidato a la gubernatura. Dejó pasar ese misil para dedicarse a repetir hasta el cansancio, como loro, la letanía que repite una y otra vez López Obrador. “La corrupción es el principal problema del país”, “la reforma educativa fue una reforma laboral”, etcétera.
Ya en el bloque de igualdad de género y contra las cuerdas por su polémico papel en el Instituto Poblano de la Mujer, acusada hasta por Geraldine de bloquear la petición de la Alerta de Género, Navarro contestó con precisión al recordar que durante el escándalo Cacho, Armenta era titular de Sedesol, cabeza de sector a la que estaba adscrito el IPM. Y como secretario, nunca alzó la voz en defensa de la periodista ni permitió que lo hiciera la entonces directora del IPM.
Armenta se fue al suelo con quijada de cristal. Sólo respondió que eso ocurrió en la prehistoria, pero que en esa prehistoria Navarro también tenía antecedentes. Es decir, yo fui marinista pero tú también. Increíble. En ese segmento, incluso Geraldine fue mejor al presentar una gráfica con la estadística de feminicidios y recordar que una de las ideas geniales de Nadia en el IPM para combatir la violencia de género fue un papel impreso para las tortillas.
Por último, Navarro trajo al debate la investigación de la Fiscalía contra Armenta por los desvíos en 2007 y 2008 como secretario de Desarrollo Social. Para alusiones personales, el periodista Fernando Maldonado dio voz a Armenta, quien declinó usar su tiempo para contestar la acusación. Ahí perdió el debate. Ya después contestó que toda la información podía consultarse en su sitio web, pero la oportunidad se había perdido.
En el cierre del debate fue la única ocasión que tuvo un candidato a gobernador llamado Barbosa para pedir el voto en cascada para Morena. Pero en la casa de campaña de Nadia ya festejaban, mientras que Lastiri ya se había puesto la pijama para irse a dormir.
Al pan, pan, y al vino, vino. Hay días en que los políticos crecen y alcanzan estatura. Ayer fue ese día para Nadia Navarro, quien dejó de ser ‘Naiden’.
Ahora tocará a Mario Riestra hacer lo suyo frente a Nancy de la Sierra. Esta telenovela se llama ‘La Persecución’.