Rafael Moreno Valle no come lumbre ni le jala los güevos al tigre. Por su estilo de hacer política, es difícil que sea el autor intelectual de las de llamadas que saturaron los teléfonos móviles de miles de poblanos ayer y antier. Esa campaña negra contra López Obrador es demasiado burda, poco fina, para ser de su autoría. Y tampoco es que desee pelearse con el puntero de la carrera presidencial. Simplemente no es su estilo.

Pero todo fue armado para que pareciera así, lo que nos lleva a pensar que una mano oscura quiere echar a pelear al tabasqueño con Moreno Valle a unas horas de que López Obrador arranque una extensa gira que tocará varios municipios de la entidad e inicia el mismo día de las precampañas.

¿Quién puede ser esa mano negra?

¿A quién le conviene que el tabasqueño llegue a Puebla con la espada desenvainada por este primer ataque de propaganda negra a gran escala? ¿Por qué nuestro estado es el laboratorio para probar el efecto?

Montar un operativo de llamadas de ese nivel con la moderna tecnología, no es un asunto ni complicado ni caro. Prácticamente se encuentra al alcance de cualquier bolsillo con el pago de softwares. En realidad, pudo ser cualquiera.

Claro que los primeros sospechosos son los integrantes de la cúpula de poder del priismo. La situación de Meade es desesperada porque, según el Universal ayer la encuesta de Buendía&Laredo muestra que no avanzó nada en dos meses desde que fue destapado y se encuentra estancado en el tercer lugar detrás de Anaya. López Obrador le saca dos a uno en ese sondeo.

Llegó el momento de las acciones desesperadas porque nada levanta a Meade. Es un lastre. Todavía más burdo que la campaña mediática del ‘peligro para México’, ahora la supuesta vinculación con los rusos se convierte en el instrumento de una campaña negra que, en teoría nadie se cree, pero que en realidad puede influir el comportamiento electoral de los votantes menos educados y con menores ingresos.

¿Podría ser el PRI el autor-financiero de la campaña negra? Sí. ¿Pero por qué hacerlo en Puebla, un estado que parece les interesa poco? ¿Qué características tenemos como conejillos de indias? ¿Y por qué hacerlo a tres días de la gira del tabasqueño?

En su video de respuesta a las llamadas de la mafia rusa, López Obrador pone un nombre sobre la mesa: el del empresario Claudio X. González. El papá siempre ha sido antipeje y nadie duda de su activismo para frenar al tabasqueño. Pero no dijo ni fú ni fá de Moreno Valle.

Pero Luis Miguel Barbosa sí señala al morenovallismo como autor de la burda movida, en entrevista luego de registrar su precandidatura. No prueba nada y podría ser sólo una calumnia que mancha.

Desde otra perspectiva, el tehuacanero sería el principal beneficiario de un López Obrador irritado contra Moreno Valle. Ya se sabe que entre más crece el tabasqueño, más posibilidades tiene de arrastrarlo a Casa Puebla. Pero eso depende de varios factores como ya lo dejamos establecido en varias columnas.

Barbosa, por sí mismo, no aporta nada. ¿Pero qué tal un pleito López Obrador-Moreno Valle? Si se trenzan, claro, Barbosa será el único beneficiario. Y vaya que lo necesita ahora que su campaña vive horas bajas con la llegada de Doger a la contienda, quien provoca mayor interés y expectativa.

Repito: no parece el estilo de Moreno Valle hacer algo tan, pero tan burdo. En los ochos años previos de morenovallismo nunca en Puebla se ha desatado una campaña de llamadas telefónicas porque su resultado puede ser contraproducente.

Aquí huele a una mano negra que busca agarrón de antología.