A la pregunta de si consideraba que la del dólar sería la última gran crisis, el profesor de nacionalidad húngara contestó que lo que estamos viendo es el resultado final. La huida hacia el dólar es muy engañosa porque “sugiere fortaleza de esa divisa, de su sistema bancario y su economía, pero obscurece por completo el hecho de que detrás de toda esa apariencia hay destrucción.” A causa de lo anterior, opina que hemos alcanzado el punto en que “toda la estructura se ha vuelto inestable, y podría colapsar.”
Por supuesto, este académico, defensor de un nuevo patrón oro, considera que el metal precioso jugaría un rol fundamental en la solución de fondo de esta crisis. “Todo el mundo sabe que el oro es una antítesis en los Estados Unidos. Es una antítesis del keynesianismo. Hay una guerra global contra el oro a cargo de los bancos centrales y de todo el gobierno”, consideró.
Desde luego, en este espacio estamos de acuerdo con el profesor Fekete, quien nos advierte que la creación artificial de crédito alrededor del mundo ha alcanzado niveles que lo hacen insostenible. “El oro es el único antídoto que tenemos” –dijo–, pues a diferencia del dinero fíat, de papel, no puede ser creado sin límites. De hecho, justo por eso es tan detestado por los banqueros centrales y los políticos, pues les “amarra” las manos del crédito y el gasto.
Le cuestioné sobre si creía posible un regreso al patrón oro. La buena noticia es que sí; la mala, es que no lo ve posible antes de “algún acontecimiento catastrófico –tal como el colapso de la economía mundial”, debido a la aversión que hay hacia él en los círculos académicos, gubernamentales y financieros. El retorno al patrón oro pues, sería forzado por el mercado.
Asegura que de acuerdo con Carl Menger, fundador de la Escuela Austríaca de Economía, “el oro es el único producto que tiene una utilidad marginal constante. Cualquier otra mercancía o activo financiero tiene la propiedad de que si usted compra más y más de ello, el valor de la unidad (adicional) va a ser menor, la utilidad marginal será menor, y el oro es el único que desafía esa ley.” Lo que esto quiere decir es que el oro no pierde su valor –algo que los políticos intentan hacer que la gente olvide– y debido a ello es que la gente tiende a acumularlo junto con la plata.
Aunque Fekete se resiste a hacer cualquier predicción cuantitativa sobre el futuro precio del oro, asegura que una subida de grandes proporciones es inevitable y necesaria.
Hace también una observación cualitativa: la backwardation del oro es ya una realidad. Esta situación del mercado se presenta cuando el precio del contrato de futuros activo en lugar de ser más alto que el precio hoy al contado, cae por debajo de éste. Tal anormalidad refleja una situación de escasez en el mercado que es una anomalía en el caso del oro, porque es una “materia prima” que SIEMPRE tiene existencias disponibles. No hace falta estar produciendo oro todo el tiempo –como sí petróleo, trigo, maíz, etc.- porque gracias al atesoramiento de la gente, oro y plata siempre hay.
La backwardation de acuerdo con Fekete, aunque aún aparece y desaparece, va a alcanzar el punto de la permanencia. Eso implica “que el oro no se pueda comprar a ningún precio porque nadie va a soltar su oro a menos que pueda reponerlo a través del comercio o por medio de transacciones, y cuando esto se vuelva imposible será el fin del sistema monetario. Así que habrá una huida del papel dinero. Esto es de nuevo parte de la destrucción general de los valores de capital”, advirtió.
Fekete ve en la inevitable alza de precio del oro una oportunidad de realizar ganancias muy atractivas con la compra-venta de opciones “put” y “call” de oro. Promete que en un futuro cercano nos dará más detalles sobre su sistema de comercio de opciones. Mantengámonos atentos, pero en todo caso, hagamos caso a estas advertencias.