A diferencia de su contrincante priista, Tony Gali exprimió los diez días de precampaña que le otorga la legislación electoral y demostró que su estructura de aire y tierra se encuentra totalmente aceitada. Se dice fácil, pero atravesó su quincena de riesgo sin un solo raspón ni escándalo: segundo informe, salida del Ayuntamiento, entrega a Luis Banck, registro en Acción Nacional y diez días de actividades de promoción. De hecho, entre tantas tribulaciones de Alcalá, escándalos, traiciones y berrinches, prácticamente cruzó el pantano sin mancharse.
Por supuesto, no tiene nada garantizado, ya que estos diez días son una pretemporada que no asegura el título. La temporada regular y la liguilla se juegan en sesenta días, del 3 de abril al 5 de junio, y sólo después de esa fecha podrá reclamar el campeonato. De nada serviría golear y aplastar a los rivales en la pretemporada, para luego perder el impulso en el calendario oficial. Es raro, pero a veces ocurre. La dirección técnica desde Casa Puebla ha sido impecable, el equipo no tuvo necesidad de pisar el acelerador, y estos diez días sirvieron para probar reflejos, así como ajustar posiciones.
Si la política es una bolsa de valores, las acciones de Tony Gali Fayad lucen a la alza y las de Blanca Alcalá se desplomaron. Mucho va a tener que hacer la candidata tricolor para convencer a los inversionistas de la política del valor de sus acciones en el mercado, y si de por sí había muchas dudas de invertir en esa campaña, luego de estos diez días caóticos la quiebra parece absoluta.
Blanca Alcalá, por ejemplo, solamente usó seis días de los diez días disponibles de precampaña. Es decir, desperdició cuatro, pues bajó anticipadamente la cortina el domingo en su toma de protesta en Cholula, cuando pudo haber seguido hasta el jueves. ¿Por qué? En ese trayecto de apenas seis días sufrió la feroz arremetida de Lydia Cacho, el escándalo por el uso del helicóptero, la negativa de la dirigente estatal de su partido, la traición de sus coequiperos, la filtración de su discurso, el berrinche de Mario Marín que ordenó a su Corriente dejar de apoyarla y la pérdida de su coordinador de campaña.
En esos seis días, además, doce municipios con resultados dispares: Xicotepec, Huachinango, San Martín Texmelucan, Zacapoaxtla, Tepeaca, Tehuacán, Teziutlán, Izúcar, Ajalpan, Ciudad Serdán y Amozoc.
Veamos.
La candidata tricolor encontró desolación en Teziutlán, Zacapoaxtla y Ciudad Serdán, donde las estructuras priistas están prácticamente desmanteladas. Le fue muy bien de la mano de Carlos Barragán en la Sierra Norte, pero en Tehuacán los “Mostros” decidieron desairarla y hasta dieron órdenes a los empleados del Ayuntamiento para que ninguno asistiera. En San Martín entró de la mano de Carlos Sánchez y hasta lo nombró coordinador de su región, lo que garantiza el odio del resto de priistas texmeluquenses.
En Tepeaca y Amozoc también le había ido bien, puesto que es territorio de Alejandro Armenta, pero ahora que es su ex coordinador de campaña y se le acusa de traidor, quién sabe qué papel jugará. En Ajalpan quiso quedar bien con Dios y con el Diablo, pues entró de la mano del edil Gustavo Lara Torres —tonygalista confeso— y Hercilia Córdova de Antorcha Campesina, que ha anunciado de todas las formas posibles su traición. Por último, le fue bien en Izúcar, donde Astrid López le alzó la mano y detonó una ruptura familiar imprevisible.
Para sorpresa de todos, Blanca no tuvo evento en Puebla capital, e inexplicablemente despreció Zacatlán y Chignahuapan, territorio de Lorenzo Rivera, el candidato más votado de 2015. Bueno, ni siquiera su destapador oficial, Víctor Giorgana, le armó algo en el distrito XII de la Angelópolis.
Gali, por el contrario, ocupó sus diez días en visitar San Andrés Cholula, Amozoc, Izúcar de Matamoros, Atlixco, San Martín, Zacatlán, Teziutlán y Xicotepec, además de que todas las noches tuvo reuniones más discretas con panistas de la capital, organizadas por su coordinador en la capital poblana, Jorge Aguilar Chedraui.
Le fue muy bien en Atlixco, San Andrés Cholula y Zacatlán, pero tuvo problemas en Xicotepec. En San Martín afortunadamente no se apareció el edil Rafa Núñez, y en Teziutlán cumplió muy bien el alcalde Toño Vázquez y Juan Pablo Piña. En Izúcar reactivó la estructura a través de Gerardo Islas, y en Amozoc no tuvo más remedio que acudir con el desprestigiado edil Félix Casiano y el súper loser de Mario Rincón, pero es lo que hay.
La conclusión es clara al terminar la precampaña, que es la pretemporada: en el PAN hay equipo y candidato, y en el PRI no hay equipo, y hasta ayer no hay candidato. Se viene la temporada oficial.