Thursday, 26 de December de 2024

Jueves, 11 Febrero 2016 02:52

El caso Paulina: se lo dejamos al tiempo




Written by  Arturo Rueda

Víctor Carrancá, sin embargo, es desmentido por al diputado panista Franco Rodríguez, que en su calidad de presidente de la Comisión de Seguridad Pública, reconoció que sí existe la línea de investigación en la que Paulina Camargo se encuentra viva y radica en un estado del norte del país. ¿Entonces, sabe más un diputado que el fiscal Carrancá o todo es una comedia de enredos?


El caso Paulina Camargo luce más enredado que nunca y la investigación, oficialmente, se encuentra en el mismo punto muerto que hace cinco meses: la Fiscalía General de Estado no encuentra el cuerpo de la jovencita, pese a que lo buscó por cielo, mar y tierra. El joven José María Sosa sigue en la cárcel, hundido por una supuesta confesión bajo tortura, enfrentando un proceso por falsedad de declaraciones —del que podría haber obtenido una caución— y otro proceso por homicidio calificado y aborto, aunque no hay cuerpo del delito. En estos casi seis meses, Víctor Carrancá es el único que ha mejorado su posición, pues con su designación como fiscal amarró chamba por otros siete años.

 

Oficialmente, la investigación no tiene avances, aunque extraoficialmente sí. Ayer, CAMBIO publicó que Paulina Camargo no murió la noche del 25 de agosto y que ya fue ubicada en Monterrey, tanto por la Fiscalía General del Estado, como por la familia de la muchacha. La simple publicación que hubiera merecido pasarla por alto o un mediano desmentido, provocó un vendaval desde la oficina de la Fiscalía, que recurrió a desmentidos radiofónicos desde temprana hora, y luego a plumas oficiales a sumarse al coro de la negativa, además del envío de sendas cartas aclaratorias que son publicadas conforme a la ley.

 

Víctor Carrancá, sin embargo, es desmentido por al diputado panista Franco Rodríguez, que en su calidad de presidente de la Comisión de Seguridad Pública, reconoció que sí existe la línea de investigación en la que Paulina Camargo se encuentra viva y radica en un estado del norte del país. ¿Entonces, sabe más un diputado que el fiscal Carrancá o todo es una comedia de enredos?

 

El cuadro de la suspicacia lo completan los padres de Paulina Camargo, legítimamente interesados en descubrir la verdad, pero sorprendentemente solapadores de la negligencia de la Fiscalía para encontrar a su hija, viva o muerte. En el extremo de lo absurdo, incluso agradecieron ayer vía Twitter el “apoyo” de la Fiscalía para liberar un comunicado que negara la ubicación de Paulina en Monterrey, lo que echaría por tierra la versión del homicidio calificado cometido por José María Sosa. ¿Desde cuándo la Fiscalía “apoya” con comunicados?

 

Y eso que los padres de Paulina afirmaron que tenían la esperanza de encontrar viva a su hija. ¿De plano ya la perdieron? Hoy que ofrecerán una rueda de prensa, ¿volverán a defender el trabajo de la Fiscalía de Carrancá? ¿Por qué tan complacientes?

 

Los padres de Paulina enviaron una dura carta de réplica que se publica íntegramente en esta edición. Quizá su molestia proviene de la afirmación en el reportaje de Alberto Melchor de que la primera pista de la ubicación de su hija fue una fotografía publicada en un portal de servicio de acompañantes de Monterrey. Esto no significa que la señorita Camargo se dedique a eso: puede ser un perfil clonado, o ella misma puede ser víctima de trata. ¿No merece investigarse?

 

Al final, los periodistas no somos fiscales, ni agentes de investigación, ni ministerios públicos. La investigación y ubicación de Paulina está en manos de la Fiscalía General del Estado, que lleva casi seis meses sin ofrecer una versión creíble de lo que ocurrió con el cadáver, y pese a ello, sostuvo la acusación contra José María Sosa.

 

A estas alturas, parece que a nadie le conviene que Paulina Camargo aparezca viva. Si eso ocurre, probará que la causa contra José María Sosa fue un procedimiento viciado, uno más en el sexenio. Demostrará, además, que se inventaron cargos, se sostuvieron acusaciones, sin el fundamento adecuado. Además, no debe olvidarse el señalamiento de la tortura, ni que Carrancá perdió el amparo para mantener la posesión del departamento en La Margarita, el lugar donde supuestamente ocurrió el crimen.

 

El buen periodismo se confirma con el tiempo: la reacción de Carrancá —y de cualquier tipo de poder— es siempre negar y enviar voceros oficiosos a desmentir. Remember la teoría del cohetón. No será ni la primera, ni la última.

 

Si, desafortunadamente, en algún punto la Fiscalía puede ubicar el cadáver de Paulina, entonces con humildad reconoceremos que fuimos nosotros, CAMBIO, los que nos equivocamos. Esta apuesta se la dejamos al tiempo. Viva o muerta, terminen con este circo.

 

 

 

 

 

 

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