Monday, 20 de May de 2024

Lunes, 03 Octubre 2016 02:57

Banck, los parquímetros y el grosero cálculo electoral




Written by  Arturo Rueda

¿Se van a ir de las calles los franeleros por la puesta en marcha de los parquímetros? Yo no lo creo. Entonces el riesgo es que los ciudadanos paguemos por dos vías: los 8 o 9 pesos por hora del parquímetro, más el apoyo para el franelero. Al final, una visita al Centro Histórico de unas cinco horas puede acabar costando unos 50 pesos, pero si vas a estacionamiento formal, ya estamos hablando de 100.


Es el probable impacto electoral y no otro tipo de razonamiento lo que ha detenido la privatización de la vía pública en Puebla capital a través de la figura de parquímetros. La última administración que quiso hacerlo, la de Antonio Gali Fayad, abandonó el proyecto cuando ya había incluso probable empresa ganadora de la concesión, ya que sin duda afectaría su proyecto de convertirse en gobernador. A la distancia, hizo bien, ya que llegó a la campaña electoral por la minigubernatura sin abolladuras extras.

 

Ahora, Luis Banck retoma el proyecto de privatizar la vía pública y calcula que, en el primer trimestre del 2017, los parquímetros ya habrían comenzado a operar en el Centro Histórico, la Avenida Juárez y Huexotitla. Nuevamente, el cálculo que debe hacerse de esta política pública es su impacto electoral, dado que aceptando sin conceder que para marzo del próximo año ya estuvieran operando, significa que le quedarían alrededor de nueve meses para la definición del candidato y quince para la elección constitucional.

 

¿Quiere Luis Banck ser candidato a algo en 2018? Probablemente sí. Además, puede. Talento no le falta, y exposición mediática desde el gobierno municipal, tampoco. Ha tomado ritmo como alcalde en las últimas semanas, y poco a poco el equipo del gobernador electo ha ido desalojando posiciones para que él pueda nombrar en libertad a su propio equipo. Tesorería, Secretaría General, Seguridad Pública y Contraloría son la última herencia que le queda del tonygalicismo.

 

Aunque hay quien argumenta una supuesta controversia jurídica, lo cierto es que Luis Banck puede postularse a presidente municipal de Puebla capital en 2018 por el simple y sencillo hecho de que ahora ocupa el cargo, pero no fue electo para él. Tiene toda la libertad para hacerlo, aunque también es una posibilidad que busque la gubernatura.

 

Pero lo va a tener difícil si tiene en su contra a los habitantes y empresarios de las 15 colonias del proyecto heredado por Gali trinan en su contra por privatizar la vía pública, golpeando su bolsillo en el mejor de los casos o creando un caos vehicular en el peor. Claro que los parquímetros pueden generar caos por un sencillo hecho: se van a pelear la calle contra los franeleros que ya la ocupan.

 

Este es un hecho innegable: la de los franeleros también es una privatización de la vía pública, aunque en este caso, no cobran por hora, además que es una forma de vida porque carecen de otro tipo de oportunidades.

 

¿Se van a ir de las calles los franeleros por la puesta en marcha de los parquímetros? Yo no lo creo. Entonces el riesgo es que los ciudadanos paguemos por dos vías: los 8 o 9 pesos por hora del parquímetro, más el apoyo para el franelero. Al final, una visita al Centro Histórico de unas cinco horas puede acabar costando unos 50 pesos, pero si vas a estacionamiento formal, ya estamos hablando de 100.

 

Para los trabajadores de las zonas en que decidan instalar, seguro va a ser un golpe mortal a sus finanzas, ya que al mes terminarán pagando entre mil o dos mil pesos, dependiendo de las horas, y si se encuentra espacios en la calle o se tiene que recurrir a estacionamiento. ¿Cuánto dinero les va a quedar?

 

Estas zonas, además de visitantes y turistas, tienen miles de trabajadores que se estacionan en las calles, dejan su vehículo por horas y solamente le dan unos pesos a los franeleros. Ganan por ahí, pero se arriesgan al robo de autopartes —del que en realidad nadie se salva— y que dependiendo marca y modelo, puede generar gastos mayores —si se va a la agencia— o  medianos si uno decide acudir a la 46 poniente.

 

¿El servicio de parquímetros que propone Banck incorpora un seguro por robo de autopartes? Porque si no lo incorpora, entonces en realidad estamos hablando de un impuesto a la utilización de la calle. ¿Cuál es la contraprestación para quienes se vean obligados a pagar? ¿Decirle a la gente que el dinero se invertirá en estas zonas y darle atole con el dedo?

 

¿Y quién se va a ocupar de que los franeleros desocupen la calle? ¿Cómo se va a garantizar que no haya pago doble? ¿A poco vamos a desviar policías o agentes de tránsito necesarios en otros lugares en la ciudad para ponerlos a cuidar las calles concesionadas? ¿Por qué eso no se hace desde ahora, se saca a los franeleros y disfrutamos de la vía pública no privatizada?

 

Estos dilemas no son fáciles de resolver. Todos o en conjunto son fuentes potenciales de un fracaso que nadie ha querido asumir a partir del cálculo electoral cortoplacista. Requieren consulta, negociación, o espera una fracaso monumental. ¿Tiene Banck un mejor camino de los que tuvieron en su momento Gali o Doger?

 

Y es que un elemento final flota en al ambiente para hacer de los parquímetros una decisión costosísima para el alcalde: que en su momento, Antonio Gali dijo que el proyecto se cancelaba porque era un golpe a los bolsillos de los poblanos. ¿Luis Banck sí quiere dar ese golpe?

 

 

 

 

 

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