Administrando su ausencia en la pantalla de Televisa, Ricardo Anaya fue el gran ganador del encuentro de panistas en #DespiertaConLoret. El frente común de Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y ya descartado Gustavo Madero, erigió al Jefe Nacional del PAN como el Rival a vencer en la contienda interna por la precandidatura presidencial. Por definición, si 3 se unen para combatir a 1, es que ese 1 es igual o más potente que los tres. Es una cuestión de estrategia, pero también de física.
El colmillo del queretano ya es más largo y retorcido de lo que cualquiera calculaba, incluso sus promotores en la dirigencia nacional, el Consorcio Madero-Moreno Valle. Con su ausencia, Anaya evitó la celada de enfrentar a sus críticos al 3 por 1 donde, seguramente, saldría apabullado solamente por cuestión matemática. No acudir fue un acto de inteligencia, no de cobardía. Así como se administran las presencias, también se administran las ausencias.
Seguimos la narrativa planteada ayer por el trinomio Margarita, Rafael y Madero, Anaya mueve el pandero como nadie y, desde la dirigencia nacional al que lo encumbraron los dos últimos, es capaz de modificar el curso de la contienda interna. A los tres, les urge la renuncia de Anaya o su descarte; pero a quienes les urge es a ellos, no a Anaya. Simplemente por eso es el ganador.
Esta visión de Anaya ganador del encuentro seguramente se contrapondrá al del resto de columnistas poblanos quienes harán un análisis lineal sin ver el otro lado de la moneda. Es decir, sin preguntarse qué hubiera ocurrido si el queretano se para en el foro de Televisa. Pues muy sencillo: habría sido vapuleado al ritmo de 3 por 1 y, probablemente, su aspiración presidencial se hubiera acabado a esa hora.
Además, fue desafortunado el framing mediático de un bloque denominado TUCA (Todos Unidos Contra Anaya) porque, al igual que le pasó al Tucom, hace protagonista a Anaya como el del 2005 hizo protagonista a Roberto Madrazo.
Precisamente, el método comparativo es uno de los más socorridos en la Ciencia Política, por lo que hace imperativo recordar lo que ocurrió con el Tucom: Roberto Madrazo maniobró desde la dirigencia nacional del PRI para convertirse en candidato presidencial al igual que lo hace Anaya. Un sindicato de gobernadores se le opuso, como ahora se le opone un Frente al queretano. Madrazo siempre hizo oídos sordos a las quejas de esos gobernadores y montó un circo, en el que, uno de ellos debía enfrentársele en una contienda interna.
En ese Tucom se impuso el gobernador del Estado de México, que era a la vez el que más dinero tenía. Pero la contienda interna nunca ocurrió, debido a que días después de abandonar la gubernatura recibió la metralla mediática de Televisa, por lo que Arturo Montiel prefirió declinar, dejando el camino solo a Roberto Madrazo.
Todo indica que Anaya irá por la misma línea que Roberto Madrazo y va a capotear el temporal. De entrada, y luego del fuego mediático que recibió, no contestó nada y solamente posteó una indirecta en sus redes sociales acerca de que son millones los que quieren un cambio en México. O sea, dejó a Margarita, Madero y Moreno Valle hablando solos.
Anaya se siente con la sartén por el mango dado que, en teoría, tiene bajo control el proceso para la renovación de los 300 asientos del Consejo Nacional, donde Puebla solamente tiene 16 lugares. Es decir, aunque Moreno Valle metiera puros incondicionales, sus 16 lugares no le dan para hacer contrapesos.
Aunque también sería mentir, él afirma que ayer, en #DespiertaConLoret, Moreno Valle no ganó nada. Tuvo exposición nacional y dedicó la mitad del tiempo a presentarse con los millones de mexicanos que no lo conocen. No le habló a los poblanos que ya se saben todo de él —lo bueno, lo malo, lo peor—, sino a quienes han escuchado de su trabajo como gobernador de Puebla, pero realmente no tienen datos concretos.
Con esa exposición, así como con el carrusel mediático que tuvo en los principales noticieros de radio, seguramente incrementó su conocimiento. Porque, de momento, la batalla de Moreno Valle es esa: construir conocimiento y aceptación. Sin embargo, Anaya adelantó los tiempos y el grillete de la gubernatura de Puebla sigue pesando.
Margarita tuvo el trato de la casa. En todo momento, Loret de Mola le dio la palabra, nunca le hizo cuestionamientos incómodos y la dejó explayarse cada vez que afirmaba que ella sería la candidata de Acción Nacional a la Presidencia.
Estas son las ligas mayores en las que Moreno Valle compite ahora: los favores que los grandes conglomerados deben a los Calderón y un presidente nacional del partido que se ha erigido como el rival a vender.