Cuando hay moche de por medio, no hay amistad ni dirigencia que valga. Así podría resumirse la postura de Jorge Estefan Chidiac, Carlos Barragán y otros diputados federales, dispuestos a ridiculizar al novato dirigente nacional de su partido, Enrique Ochoa Reza, que avanza en solitario en la cruzada contra los corruptos de su partido que se cuentan no por miles, sino por millones. La disputa son los jugosos 20 millones de pesos que corresponderían a cada diputado federal en caso de revivir el Fondo de Fortalecimiento de las Entidades Federativas y Municipios que no fue contemplado en el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2017, en su estrategia de recortes.
Como todos recuerdan, Jorge Estefan Chidiac es el padre de los moches, quien inauguró junto con Emilio Gamboa la estrategia de cobrar comisiones a partir de las reasignaciones presupuestales que pudieran conseguir. Ex alcaldes de Puebla y ex rectores recuerdan como entre 2006 y 2009, en su calidad de presidente de la Comisión de Presupuesto, el líder estatal del PRI se dejaba pedir hasta 6 % del monto conseguido para obras o, en su defecto, se cobraba exigiendo la contratación de X constructora.
Estefan se fue de San Lázaro, pero los moches se quedaran y con los años fueron institucionalizados a petición de Luis Videgaray con la creación de Fondo de Fortalecimiento de las Entidades Federativas y Municipios, con los que se pagó entre 2013 y 2015 el apoyo de PAN, PRD y PRI al Pacto por México y la aprobación de las reformas estratégicas. El aceite de la corrupción en todo su esplendor, pues a cambio de reformas políticas se trastocó el papel de los diputados federales, que no tienen facultades para asignar obras, pero lo hacen extraoficialmente, pues ellos dicen quién y dónde se construye.
En sus años de mayor esplendor, 2014 y 2015, el Fondo de los moches se integró con 33 mil millones de pesos, es decir, 66 millones de pesos para cada diputado federal que fueron manejados lo más discrecionalmente posible, precisamente cuando se disparó el endeudamiento que hoy provoca la astringencia financiera que le toca manejar a José Antonio Meade.
Como ya no hay reformas de gran calado que ejecutar, y luego de la ventaneada mediática de los últimos tres años, la secretaría de Hacienda decidió eliminar del PPEF 2017 el Fondo de los Moches, levantando la irritación de la bancada tricolor que espera su asignación de 20 millones por cabeza. ¿Por qué Meade y Videgaray decidieron eliminarlo? Pues ya no parece ser necesario el control de los diputados federales a través de los cañonazos.
No obstante, Estefan y compañía no se van a quedar con los brazos cruzados. El viernes le declaró a Reforma que la fracción tricolor en San Lázaro busca reajustes presupuestales para poder conseguir los 10 mil millones de pesos necesarios para revivir el fondo. Esto provocó una reacción inesperada desde el CEN tricolor, ya que a las pocas horas Enrique Ochoa Reza emitió un boletín para condenar las declaraciones —y acciones— de Estefan y varios diputados del tricolor que quieren sus 20 millones.
Tras rechazar el uso de gestión de recursos públicos para obtener “moches”, la dirigencia nacional del PRI advirtió que denunciará, fiscalizará y castigará a todos aquellos legisladores a quienes, a pesar de las nuevas reglas, traten de lograr un beneficio económico personal con dinero público. "Vamos a denunciar, fiscalizar y castigar a todos aquellos legisladores a quienes, a pesar de las nuevas reglas, traten de lograr un beneficio económico personal, a través de la gestión de recursos públicos", dijo en el boletín.
Estefan se fue a Nueva York y guardó un silencio ominoso, sin embargo, la conspiración de los moches persistirá así se tenga que pasar sobre el líder nacional del PRI, de la cual incluso el mexiquense César Camacho parece formar parte, según se desprende las declaraciones de Carlos Barragán, diputado serrano que también integra la Comisión de Presupuesto.
“Tenemos la obligación de traer beneficios a la comunidad, no sé qué piense la dirigencia pero es lo que menos me importa, si están a favor o en contra lo que me importa es quedar bien con la gente que me dio oportunidad de ser diputado federal trayendo recursos. Mi chamba la haré con o sin el permiso de mi partido” dijo al CAMBIO al reiterar que buscarán la aprobación de fondo pese a la instrucción de Ochoa Reza que, sin duda, hará el ridículo y exhibirá su muy poca autoridad política.
Jorge Estefan, que representa la corrupción andante del PRI, anda enojadito porque le quitaron la presidencia de la Comisión de Infraestructura. Este es el segundo paquete económico en el que podrá meter mano, porque en el tercero el margen de maniobra será muy limitado. Así que lo perdonen Ochoa Reza y compañía, pero él quiere sus moches. Siempre los ha tenido y por eso cabildea con otros diputados la rebelión. Seguro le saldrá bien, porque es el PRI corrupto de siempre.