Antonio Gali Fayad no espera turno para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto porque ya lo tiene: por tratarse del último gobernador en tomar protesta de los doce electos el 2 de junio de 2016, será también el último de la lista en acudir a ver al mexiquense a Los Pinos, probablemente en los últimos días de diciembre. Así se lo ha comunicado el staff presidencial, con quien ya mantiene diálogo constante luego que el mexiquense le llamó para felicitarlo por su victoria una semana después de los comicios.
Hasta ahora, Peña Nieto ha recibido ya a tres gobernadores electos: Javier Corral (Durango), Francisco Javier Cabeza de Vaca (Tamaulipas) y Omar Fayad (Hidalgo), que ya hasta tomó protesta. La agenda de reuniones es complicadísima, primero porque tiene a más panistas que a priistas en la lista de espera, y dos, porque en los casos de Durango, Quintana Roo y Veracruz el tema inevitable es el encarcelamiento de los mandatarios salientes. La urgencia de muchos electos, además, tiene que ver con la negociación presupuestal ya en marcha del Presupuesto de Egresos 2017, los inevitables recortes y la priorización de obras.
No es la urgencia de Gali, ya que a diferencia de otros electos, él ya tiene un negociador experto que, además, ha visto reforzada su posición con la llegada de José Antonio Meade a Hacienda y su equipo. Se trata de Roberto Moya Clemente, jefe de oficina de Moreno Valle, que en su calidad de Secretario de Finanzas encabezó las negociaciones con su antiguo compañero del ITAM de los presupuestos para 2012 y 2013, siempre con excelentes resultados.
El gobernador electo viene trabajando a toda velocidad, y lejos de marearse en los ensueños del poder, entiende a la perfección el tamaño de su responsabilidad: mantener el crecimiento económico de Puebla en un entorno de inestabilidad política, provocada tanto por la debilidad de Peña Nieto, como por las ansias futuristas del 2018.
No hubo mejor manera de medir el estado de ánimo de Gali Fayad que su presencia en el festejo del noticiero Efekto 10 conducido por Ricardo Morales, en donde el gobernador electo pronunció un discurso alejado de los lugares comunes, de las exaltaciones gratuitas y que sorprendió a una audiencia compuesta por empresarios, periodistas y líderes de opinión pública.
En síntesis, el gobernador electo expresó que todos los actores de todos los partidos —y vaya que ahí había dos o tres priistas distinguidos—deben entender que la campaña electoral se terminó y que a nadie conviene la debilidad de las instituciones —en abierta referencia a Peña Nieto—, y que su mano se encontraba tendida para quien quisiera tomarla. También —y esto no todos los entendieron igual— que la transformación de Puebla no es obra de un solo hombre, sino la suma de esfuerzos de todos los poblanos.
Horas antes, Gali acudió al aniversario 77 de PAN municipal, lo que se convirtió en un acto de campaña a favor de Moreno Valle, ya que en el Museo Virreinal resonó el ¡Rafa presidente! de todos los integrantes del régimen. El electo, como uno más, alzó el brazo y vitoreó el apellido del gobernador en funciones, presagiando la continuidad de la que se habla desde la elección.
Pero algunos no se creen esta continuidad de terciopelo. Horas antes, Moreno Valle declaró que no tiene previsto la disminución del Impuesto sobre la Nómina en su gobierno, que se extiende hasta el 31 de diciembre del 2017, por lo que el compromiso de Gali con los empresarios no sería incluido en la Ley de Ingresos que el Congreso aprobará en noviembre. Así que para hacer efectivo ese acuerdo con el CCE, ¿Gali tendría que esperar hasta 2018?
Después de su discurso, Gali dedicó varios minutos a platicar con empresarios y periodistas, pero nadie obtuvo información sobre el tema más candente: la composición del nuevo gabinete. Simplemente, no hubo pistas para seguir, pese a que a más de uno sorprendió el anuncio del gobernador electo de que en octubre o noviembre podría presentar su gabinete que lo acompañará en sus 22 meses de gobierno.
Ni con tirabuzón y pese a la insistencia, Gali quiso revelar sus cartas de quiénes continuarán y quiénes serán novedades, lo que indica que tiene los nombres blindados bajo siete llaves. Algunas especulaciones en determinadas dependencias podrían ser cortinas de humo que den pie a verdaderas sorpresas. Lo cierto es que ni los más cercanos al gobernador electo traen los nombres, aunque sí se pudo confirmar el episodio narrado por el periodista Arturo Luna que dejó fuera a Javier Lozano Alarcón de la SGG y probablemente del nuevo gobierno, aunque se narró en un tono diferente al ocurrido.
El gobernador electo tiene 371 proyectos de obra que espera sean incluidos en el Presupuesto 2017. Y ya cuando sea el turno de ver a Peña Nieto en Los Pinos, llegará con tiros de precisión y solicitudes específicas de apoyo para Puebla.