Peña Nieto no tuvo un final de vacaciones alegre. Su mañana previa a supervisar los trabajos en la tragedia de la Sierra Norte de Puebla seguramente le fue amargada por el periódico inglés The Guardian que reveló un nuevo escándalo inmobiliario de La Gaviota, ahora en Miami y sus exclusivos departamentos de Key Biscayne.
Por ello, cuando arribó a Huachinango horas después, no tenía humor de ensuciarse los zapatos ni de recorrer las zonas afectadas. Hizo una visita de compromiso para sacarse la foto y evitar críticas. Ni una hora estuvo con la gente de la Sierra Norte.
Su mal humor, dicen los reporteros que cubrieron la visita, era evidente. En un momento ni siquiera se acordó del nombre del gobernador Moreno Valle. Les pidió a los damnificados no volver a sus hogares porque se encuentran en zona de riesgo, y los prometió lo que prometen todos los políticos: “no están solos, vamos a ayudarlos”.
Hace diecisiete años, Ernesto Zedillo se metió al lodo de Teziutlán junto con el gobernador Melquiades Morales. El presidente más tecnócrata tuvo más sensibilidad que el mexiquense. Increíble.
The Guardian le amargó la mañana al presidente. Eso, más el golpe seco que le pegó la embajadora de Estados Unidos, Roberta Jacobson, cuando dijo que todos los mexicanos pedían el fin de la corrupción.
No tengo registro de una crítica tan violenta hacia un presidente mexicano, excepto las que hacía Henry Lane Wilson a Francisco I. Madero.
De acuerdo con la nota de Reforma, ayer Roberta Jacobson se reunió con senadores y diputados de diferentes partidos, pues el Congreso de la Unión le dio la bienvenida oficial como embajadora. Y ella aprovechó el foro para lanzar un ¡Ya basta de corrupción en México! que dejó a todos boquiabiertos por la dureza del mensaje que se entiende directo contra Peña Nieto y compañía, además, claro, de la abierta injerencia cuando se supone que demócratas y mexicanos son aliados contra Trump.
Dijo Jacobson: “los mexicanos tienen opiniones divididas sobre muchos temas: Las Águilas o las Chivas, las tortillas de maíz o las de harina, Santo o Blue Demon, Luis Miguel o Alejandro Fernández, senadores o diputados. Pero hay un tema en el que todos están de acuerdo: ¡Ya basta de corrupción!”
¡Sopas!
Ni la limpia que le hicieron unos sanadores mazahuas al presidente por la mañana, previo a la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, le ayudó a quitarse tremendas pedradas.
Ya por la tarde, la Presidencia de la República emitió un comunicado para descalificar el periodismo de The Guardian —que ha cometido algunas pifias, como la entrevista a la supuesta hija del Chapo Guzmán— pero no aclaró por qué el empresario Ricardo Pierdant, dueño del departamento 404 que no está a disposición de Angélica Rivera, paga el predial del departamento 304 que sí es propiedad de La Gaviota.
De acuerdo con el documento presentado por el periódico inglés, es una cantidad cercana a los 29 mil dólares, casi 560 mil pesos. ¿Mucho dinero para un simple favor de vecinos?
El daño del nuevo escándalo es que se volvió viral sin que necesariamente sea real que haya otro conflicto de interés, ya que eso de que Pierdant es un potencial contratista o prestador de servicios del gobierno federal no actualiza ninguna hipótesis, y The Guardian no ofrece datos concretos de contratos o negocios.
Peña Nieto y La Gaviota sufren un juicio sumario de la sociedad mexicana: toda la información que se publica en su contra, per sé, es cierta y sólo alimenta la percepción de corrupción. No tiene margen de maniobra, credibilidad y los mexicanos parece que sólo esperan con paciencia a que llegue el 2018 para sacar al PRI de Los Pinos.
El principal lastre del tricolor para el 2018 es, precisamente, el presidente. Nadie se lo quiere decir pero es la realidad.
Con ese día de perros, no es sorpresivo que Peña Nieto no quisiera enlodarse los zapatos ni recorrer las comunidades devastadas. Llegó a Huachinango, cumplió con los afectados y se tomó la foto. Seguramente tiene cosas más importantes por las qué preocuparse.
Un poco de sensibilidad, señor presidente, nos hubiera ayudado más.