Saturday, 23 de November de 2024

Jueves, 21 Julio 2016 02:40

Tragicómicos priistas: expertos en hacernos reír y llorar




Written by  Arturo Rueda

Sea cual sea la explicación, el voto a favor del PRI significa que casi dos meses después de la elección, el tricolor vuelve a ser un partido domesticado, satélite del morenovallismo. Significa que son incapaces de mantener una actitud opositora, y que por ello tienen el riesgo de irse al tercer lugar en la contienda del 2018


La cruda poselectoral del PRI poblano es tragicómica y los priistas cada día se alejan de la reconstrucción que los haría competitivos rumbo al 2018.

 

El más reciente acto de esa tragicomedia es el aval de los diputados del tricolor a la cuenta pública 2015 de Moreno Valle. Es decir, pese a que en campaña se denostaron prácticamente todas las acciones gubernamentales, así como el ejercicio de recursos y contratación de deuda, a la mera hora de evaluar, dijeron que sí.

 

El aval del PRI a la cuenta pública significa dos cosas: o que Jorge Estefan ya volvió al redil morenovallista o que los diputados locales tiraron a loco a su dirigente estatal, evidenciando que ni en su casa lo toman en serio.

 

Ridículo histórico de Estefan Chidiac, quien un día sí y otro también le pegó al gobernador Moreno Valle exhibiendo los supuestos defectos de su gobierno.

 

¿Cómo va a justificar el voto tricolor y un nuevo amasiato?

 

¿Qué hipótesis es peor para el distinguido oaxaqueño? ¿Qué volvió al redil tricolor o que sus diputados locales se le insubordinaron?

 

Sea cual sea la explicación, el voto a favor del PRI significa que casi dos meses después de la elección, el tricolor vuelve a ser un partido domesticado, satélite del morenovallismo. Significa que son incapaces de mantener una actitud opositora, y que por ello tienen el riesgo de irse al tercer lugar en la contienda del 2018.

 

A Blanca Alcalá, así como se le acabó el ánimo justiciero por la muerte de José Luis Tehuatle, también se le agotó el impulso opositor. De vuelta a la comodidad del Senado, de vuelta al gozo del cheque, de vuelta también al silencio cómplice.

 

La tragicomedia tricolor tiene varios actos previos.

 

Aunque denunciaron que parte de la Elección de Estado fue el derroche de recursos, de acuerdo con el informe de fiscalización del INE resulta que Blanca Alcalá fue la candidata más gastalona —erogó 33.5 millones— y Antonio Gali Fayad solamente 22. Y aunque gastaron más, perdieron.

 

Un día antes de la aprobación de la cuenta pública, un gobernador electo del PRI vino a aprender de… Rafael Moreno Valle. Resulta que Omar Fayad —parte de la Liga Árabe de los góbers– hizo una visita oficial a Puebla para empaparse de varios proyectos del morenovallismo. ¿No que gobernaban terrible?

 

La búsqueda de los 347 millones que envió el CEN tricolor también es parte de la tragicomedia, porque las pistas llevan a un Porsche Rojo que se guarda en el estacionamiento del CEN tricolor.

 

Y claro, cómo no, la demanda común de Alejandro Armenta, Alberto Jiménez Merino y otros más para que Juan Carlos Lastiri renuncie a la subsecretaría de Sedatu. La canibalización apenas empieza.

 

El último acto de la tragicomedia será el día que se revelen las encuestas poselectorales para descubrir qué tan lastimado quedó el partidazo luego de la histórica derrota y que tantas posibilidades tienen de reconstrucción.

 

Mientras los priistas poblanos dan de reír y de llorar, su nuevo presidente del CEN planea su gira de los 100 días para conocer, por lo menos, los edificios del tricolor en los 32 estados.

 

Hasta ahora, lo único bueno que ha hecho es presentar su declaración 3de3 para conocer su muy amplio patrimonio, aunque nadie siguió su ejemplo, y menos el dirigente poblano.

 

¿Cuánto más nos darán de reír y de llorar en las próximas semanas?

 

*** Otra medalla para Aguilar Chedraui. Mención aparte merece la labor de cabildeo y convencimiento de Jorge Aguilar Chedraui para lograr los votos del tricolor en el aval a la cuenta pública. A él se debe el ridículo histórico en el que se colocó Jorge Estefan, una vez que los diputados fueron convencidos de que no debían comprar el pleito instaurado por el dirigente estatal. Así, perdió cualquier atisbo de autoridad.

 

Ahora, gracias a Aguilar Chedraui, Estefan es un zombi sentado en la dirigencia estatal del PRI. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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