Monday, 20 de May de 2024

Lunes, 27 Junio 2016 02:35

En busca de la bendición de AMLO




Written by  Arturo Rueda

El escenario de la elección 2018 entonces parte de un triple empate técnico entre PAN, Morena y el PRI, ya que cada partido anda en un factor de competitividad de 600 mil votos. A partir de ahí comienzan a contar las alianzas. Si Morena fuera en coalición con PRD, PT y Movimiento Ciudadano, sumaría otros 220 mil votos, con los que su candidato a la gubernatura llegaría a los 820 mil votos. Si el PRI, además del PVEM y el PES, llevara con ellos a Nueva Alianza y al PT, sumaría otros 160 mil votos, también andaría rondando un techo de 820 mil votos


Si la incertidumbre reina en el PRI que busca un candidato competitivo para 2018, y también en el morenovallismo para conocer al probable heredero del patrimonio electoral del gobernador poblano y de Antonio Gali Fayad, sin duda la disputa más animada será la definición del candidato de las izquierdas en caso de concretarse una alianza entre PRD, MC, PT y Morena. La marca López Obrador deberá ahora sí elegir a un perfil competitivo, muy lejano del amorfo Abraham Quiroz, incapaz de generar entusiasmo entre los antisistema y elevar la votación de Morena.

 

Si las elecciones 2016 quedaron marcadas por el abstencionismo, una vez que apenas salió a votar el 44 % de la lista nominal, las del 2018 es probable que tengan una copiosa votación de entre el 60 y el 62 % del padrón. En términos reales, alrededor de 400 mil poblanos más de los que votaron en 2016 con una tendencia antisistema van a salir a votar. Que sumados a los casi 200 mil votos obtenidos por Morena, es probable que el candidato impuesto por López Obrador parta con 600 mil votos duros.

 

El escenario de la elección 2018 entonces parte de un triple empate técnico entre PAN, Morena y el PRI, ya que cada partido anda en un factor de competitividad de 600 mil votos. A partir de ahí comienzan a contar las alianzas.

 

Si Morena fuera en coalición con PRD, PT y Movimiento Ciudadano, sumaría otros 220 mil votos, con los que su candidato a la gubernatura llegaría a los 820 mil votos.

 

Si el PRI, además del PVEM y el PES, llevara con ellos a Nueva Alianza y al PT, sumaría otros 160 mil votos, también andaría rondando un techo de 820 mil votos.

 

Más difícil lo tiene el PAN, que con sus aliados llegó en esta ocasión a los 860 mil votos, pero si pierde a Nueva Alianza y al PT, caería a los 720 mil votos. Si consolidara, sin embargo, otra alianza con el PRD, podría alcanzar los 800 mil sufragios.

 

De configurarse un escenario semejante, la elección 2018 será la más competida de la Historia, porque dos jugadores parten de los 800 mil votos, y el PAN, partido gobernante, arrancará unos 80 mil votos atrás. Sin embargo, en justicia podría hablarse de un empate técnico de tres, por lo menos al inicio del proceso electoral.

 

Por supuesto, las coaliciones se van a definir de acuerdo con el Gran Juego Nacional, con lo que las variables locales no tendrán demasiada incidencia. También es improbable que, como ocurrió en 2016, el PRI esté dispuesto a “prestar” a sus aliados satélites, Nueva Alianza y el PT, con objetivos netamente poblanos. Con la Presidencia en juego, el PRI se va a tirar a matar

 

La mala noticia para todos los partidos de izquierda y aspirantes a la gubernatura es que solamente Andrés Manuel López Obrador tiene la llave para las coaliciones y la definición de candidatos. Al interior de Morena, la única opción de momento parece ser Rodrigo Abdala, el sobrino político de Manuel Bartlett. Pero al interior del partido lopezobradorista hay un conflicto interno que no muchos perciben. Ese conflicto interno se observa en la existencia de tres corrientes: la de Gabriel Biestro, la de Fernando Jara y la del propio Abdala, que es la bartlista.

 

Estas tres corrientes calculan que entre ellos dirimirán al candidato a la gubernatura. En su lógica, sin embargo, no aparece el hecho de que pudiera enrolarse en sus filas un candidato tan competitivo como Enrique Doger, y que sería designado por el dedo divino del tabasqueño.

 

Otros personajes desde fuera buscan la bendición de López Obrador. Entre los apuntados se encuentran Luis Miguel Barbosa, que un día sí y otro también le declara su amor al tabasqueño soñando que lo hará candidato a la gubernatura.

 

Otro suspirante es José Juan Espinosa, quien ha cuidado mucho su relación con la cúpula cercana al tabasqueño y sabe que su oportunidad se dará en una alianza de Movimiento Ciudadano con Morena.

 

Quienes esperan ver el destazadero por la candidatura del PRI, que se esperen a ver la de conseguir la bendición de López Obrador.

 

 

 

 

 

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