No se sabe si el Papa Francisco va a ser el mejor aliado o el peor enemigo de Antonio Gali Fayad en la recta final de su presidencia municipal. De acuerdo al parche de la reforma electoral, el periodo de precampañas comienza el 23 de febrero, por lo que un día antes debería presentar su solicitud de licencia. Así que del día 15, cuando presentará su Segundo Informe, hasta el día 22, fecha de su separación, el alcalde vivirá intensos momentos mediáticos y de lucimiento previo a la consumación de su delfinazgo.
Sin embargo, en esos mismos momentos el País entero -Puebla incluida- se vivirá el frenesí de la Papamanía provocada por la visita del Papa Francisco a México. Bergoglio desembarcará el viernes 12 de febrero y partirá el miércoles 17. Seis intensos días en que el Papa se robará la agenda mediática, tanto por lo que diga como por lo que no diga. A diferencia del escaso interés que suscitó la visita de Ratzinger, en esta ocasión el argentino provoca una enorme expectativa entre católicos, pero también entre no católicos. Su carisma lo ha convertido en una figura mediática de importantes proporciones.
Es cierto que este ya no es el México de los setentas, cuando el país se paralizó con la primera gira de Juan Pablo II, pero un Papa es un Papa. Y si es Francisco, mejor.
La Papamanía, sin embargo, va a opacar la Tonymanía. Vaya cruce de agendas. Cuando Gali Fayad esté rindiendo su Segundo Informe de Gobierno, el momento supremo de su campaña mediática rumbo a la minigubernatura, Francisco entrará a la parte más importante de su visita.
El 15 de febrero Bergoglio viajará por avión a Chiapas. Aterrizará a las 09:15 horas en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez y de allí se trasladará de inmediato a San Cristóbal de las Casas en helicóptero. A las 10:15 horas en el Centro Deportivo Municipal de esa ciudad presidirá una misa con las comunidades indígenas de Chiapas y al mediodía almorzará con representantes de diversas etnias. Por la tarde visitará la catedral, antes de regresar a Tuxtla. En el estadio “Víctor Manuel Reyna”en Tuxtla Gutiérrez participará en un encuentro con familias y luego regresará a la ciudad de México.
El martes 16 de febrero, Francisco irá a Morelia, donde a las10:00 celebrará la misa para sacerdotes, religiosos, religiosas, consagradas y seminaristas. A las 15:15 visitará la catedral y a las 16:30 encabezará un encuentro con jóvenes en el estadio de futbol “José María Morelos y Pavón”, luego volverá a la capital del país.
El miércoles 17 será el último día de la visita apostólica en México. Muy temprano volará a Ciudad Juárez. Su primera actividad será una visita al penitenciario Cereso 3, mientras al mediodía encabezará un encuentro con el mundo del trabajo en el Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua. A las 16:00 horas está prevista una misa en un “centro ferial” y la ceremonia de despedida está programada tres horas después para volar directamente a Roma.
La agenda del todavía alcalde Gali para esos momentos prevé rendir su Segundo Informe el 15 de febrero, luego para el 16 tiene previsto el arranque del Congreso Smart City, el momento estelar de su breve gobierno, y el 17 habría agendado el cumplimiento de sus compromisos de campaña. Entre el 17 y el 22, de alguna forma, ocurriría la inauguración del Nodo Vial Atlixcáyotl, la obra pública más importante de sus dos años y plataforma para legitimar su aspiración a la gubernatura.
Seamos francos. ¿Qué va a jalar la agenda mediática en esos días? ¿La gira apostólica o las últimas actividades de Gali en el Ayuntamiento? La respuesta es clara. En ese sentido, el Papa Francisco va a ser el peor enemigo del delfín morenovallista.
Irónicamente, también podría ser su mejor aliado. Con el Papa Francisco en México, ¿no sería el mejor momento para que Gali materialice su salida del Ayuntamiento y ésta quede cubierta por el manto de la gira papal? Los estrategas mediáticos saben que la salida de Gali del Ayuntamiento puede ser traumática y costarle muchísimo en términos de opinión pública, como le ocurrió a Margarita Arellanes en Monterrey, pues uno era su posicionamiento en la silla y otro después de salir de la alcaldía.
El impacto mediático de Francisco puede quitarle a Gali, pero también brindarle un escudo inesperado. Se trata de un reto más en una elección que se complica día a día.
