Si el año pasado fue la anexión de Crimea por parte de Rusia y la ayuda de Moscú a los rebeldes prorrusos del este de Ucrania, lo que ocasionó duras sanciones occidentales que han erosionado la economía rusa, ahora es la crisis siria.
Para la Casa Blanca, la solución pasa por el derrocamiento del dictador Bachar al Asad, al que acusa de la dura represión de las protestas que estallaron hace cuatro años y que degeneró en una sangrienta guerra civil y en la expansión del yihadismo. Para el Kremlin, la solución pasa por fortalecer al régimen de Al Asad, ayudándolo militarmente a recuperar el control total del país y derrotar a las organizaciones terroristas, como el Estado Islámico.
Estas dos visiones radicalmente opuestas son las que impiden que las dos potencias se unan para combatir a un enemigo común: el yihadismo. Al contrario, la delegación rusa en Naciones Unidas boicoteó ayer la conferencia convocada a iniciativa del presidente Barack Obama para unirse en el combate a grupos terroristas que constituyen una amenaza global, como el Estado Islámico, Al Qaeda o Boko Haram.
Obama presidió la cita en la sede de Naciones Unidas, a la que asistieron líderes de un centenar de países, una veintena de instituciones multilaterales y activistas civiles.
“Creo que lo que tenemos aquí hoy es la emergencia de un movimiento global que está unido en torno a una misión: degradar, y en último término destruir, al EI”, dijo Obama en su discurso.
Respuesta rusa. Con un tono inusualmente duro, el embajador ruso ante la Naciones Unidas, Vitali Churkin, dijo que organizar en la sede de la ONU dicha cumbre es “una grave falta de respeto hacia el secretario general”, Ban Ki-moon, y “demuestra que, incluso en este edificio, Barack Obama está por encima de todos”.
Además, Churkin recordó que el presidente Vladímir Putin tiene su “propia estrategia” para eliminar la amenaza yihadista y que pasa por una alianza militar que selló la semana pasada con Irán, Irán y el régimen de Damasco, y añadió que espera lograr que EU y otras potencias occidentales se sumen a ese grupo.
En respuesta a la iniciativa rusa, Obama dijo en la conferencia que EU está abierto a cooperar con Rusia contra el EI, pero ni va a dejar atrás la coalición militar de alrededor de 60 países que impulsó hace un año para combatir a los yihadistas, ni piensa aliarse con Damasco. “En Siria, derrotar al EI requiere, creo yo, un nuevo líder”, aseguró.
Varios de los asistentes a la cumbre respaldaron esa idea, entre ellos el ministro de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, Abdulá bin Zayed al Nahyan; y su homólogo francés, Laurent Fabius.
“Es muy difícil imaginar que el futuro de Siria siga confiado a alguien que, según el secretario general de la ONU, ha cometido crímenes contra la humanidad”, sostuvo Fabius.