Saturday, 18 de May de 2024


Tormenta mediática sobre gobernadores panistas: dos estrategias diferentes




Escrito por  Arturo Rueda
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En resumen: no hay forma en que Moreno Valle decida enfrentar directamente al gobierno federal de la manera en que lo hizo Guillermo Padrés. Tan simple y tan sencillo como que ningún gobernador, por poderoso que se sienta, es capaz de resistir una embestida de Peña Nieto. No pudo Elba Esther Gordillo, tampoco podría resistirlo otro personaje. Las nuevas reglas del sistema político son en realidad las viejas que edificaron la Presidencia Imperial.

Aunque forman parte del mismo grupo político, los gobernadores Guillermo Padrés y Rafael Moreno Valle no podrían tener estrategias más divergentes en su trato hacia el gobierno federal en tiempos de crisis. Los resultados están a la vista: mientras al sonorense le han cerrado todas las puertas de la Segob e incluso le impusieron un mexiquense de los duros para resolver la crisis ambiental por el derrame en una mina de Grupo México, quien supervisará las acciones del gobierno estatal para dar respuestas, al poblano lo invitaron para hacerle de copiloto en la inauguración del último tramo de la carretera México-Tuxpan y Presidencia de la República divulgó numerosas gráficas para difundir que, con Moreno Valle, la cosa es calmada.

 

 

En efecto: Guillermo Padrés, gobernador de Sonora, se quiso poner gallito y muy pronto Osorio Chong le dio su estate quieto. No solamente se negó retirar a los delegados federales que sustentaron el reportaje de Punto de Partida en el que fue exhibido por construirse una presa para su rancho, sino que tras el exabrupto del sonorense, rechazó de plano cualquier posibilidad de diálogo. Y cuando se dio, fue para imponerle a Alfonso Navarrete Prida como el zar que supervisará la resolución del escándalo ambiental por el derrame del Grupo México.

 

 

A diferencia de Padrés, Moreno Valle no traga fuego ni está dispuesto a darse un balazo en el pie. Aunque para todos es evidente la mano del gobierno federal en la recomendación de la CNDH en contra del gobierno poblano, específicamente en el punto del “desconocimiento” de la validez de los estudios realizados por la Policía Científica Federal, el gobernador se puso una cubeta de hielos en la cabeza para evitar un exabrupto. En su extremo pragmatismo, un natural instinto de supervivencia, sabe que enfrentar directamente a un Presidente no lo llevará a ninguna lado. Así que se colocó en el extremo opuesto a Padrés: el reconocimiento por las reformas impulsadas por Peña Nieto y el agradecimiento expreso por el dinero federal destino a Puebla.

 

 

En política no existen ni las coincidencias ni los accidentes. Colocar en la agenda presidencial la inauguración de la superautopista México-Tuxpan apenas unos días después del resolutivo de la CNDH tuvo como intención dar un espaldarazo político. Moreno Valle no desaprovechó la oportunidad, pues en su intervención como gobernador anfitrión no escatimó ninguna clase de elogios hacia la figura presidencial.

 

 

En efecto: palabras más, palabras menos, el poblano dijo que Peña Nieto era una figura que “inspiraba” la acción de gobierno eficaz. Que había transformado sus palabras en hechos, y que estaba moviendo a México tal como se lo propuso. Y que las numerosas reformas impulsadas en el sexenio eran garantía de desarrollo “porque las generaciones futuras no se fijarán en las retos que enfrentaron, sino en los resultados que dieron”. Inmediatamente agradeció el Segundo Piso. Total, un espaldarazo en toda regla proveniente de una de las principales figuras de la oposición.

 

 

Peña Nieto supo agradecer el gesto de la forma más impensable: invitando al gobernador poblano a hacerla de copiloto en el rápido recorrido por la nueva súper carretera. Habiendo otros tres gobernadores priistas en la ceremonia, el de Veracruz, Edomex e Hidalgo, le dio la cortesía a Moreno Valle. Pero no sólo eso: Presidencia difundió esas fotos cuando pudo haberlas guardado. ¿Alguna duda del mensaje optimista?

 

 

En resumen: no hay forma en que Moreno Valle decida enfrentar directamente al gobierno federal de la forma en que lo hizo Guillermo Padrés. Tan simple y tan sencillo como que ningún gobernador, por poderoso que se sienta, es capaz de resistir una embestida de Peña Nieto. No pudo Elba Esther Gordillo, tampoco podría resistirlo otro personaje. Las nuevas reglas del sistema político son en realidad las viejas que edificaron la Presidencia Imperial.

 

 

Las buenas formas, por supuesto, no cancelan ni la guerra electoral ni los juegos de poder de toma y daca. Por ello, Jorge Luis Preciado salió a dar la cara por los gobernadores de Puebla y de Sonora, e incluso amenazó una ruptura de relaciones legislativas en caso de continuar la ofensiva mediática contra las figuras panistas. Pero es muy diferente que lo haga el coordinador de los senadores del PAN al propio gobernador poblano.

 

 

Nada bueno se le augura a Guillermo Padrés en su confrontación abiertacon el gobierno federal, más si tomamos en cuenta que el próximo año se juega la sucesión en Sonora. Mientras tanto, Moreno Valle mantiene la relación de cordialidad con Peña Nieto, y así hasta se gana el lugar de copiloto en la Suburban presidencial.

 

 

 

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