Sunday, 19 de May de 2024


Ahora la crisis económica




Written by 

México ya estaba en crisis. Los dos gobiernos federales panistas dejaron al país al borde del abismo, sino es que en el fondo del abismo, como muchos afirman. Los tres gobiernos anteriores al panismo, los de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, iniciaron con su política económica neoliberal el proceso de destrucción de lo que el país había logrado en los gobiernos revolucionarios desde Lázaro Cárdenas hasta finales de los setenta.

Todo lo que ahora se vive: bajó el crecimiento de la economía, alto el crecimiento de la pobreza, elevadísima tasa de actos delincuenciales en el sur y en el norte del país que se atribuyen al crimen organizado; elevada descomposición política, etc., se debe al cambio drástico de modelo económico adoptando el neoliberalismo que ha fracasado en el mundo entero pues ha propiciado la concentración de la riqueza en pocas manos, el incremento constante de la pobreza, el aumento del desempleo, bajos salarios, aumento de la corrupción……

 

 

En el periodo de Carlos Salinas se inició la expulsión del gobierno a la clase política tradicional y los funcionarios con oficio político y con sensibilidad social, que se habían hecho en la práctica, fueron sustituidos por “doctores” egresados de diferentes universidades estadounidenses que fueron llamados tecnócratas por su falta de oficio y de sensibilidad, lo que vino a descomponerlo todo.

 

 

Cuando los priistas en los tiempos de Zedillo empezaron a cuestionar a los tecnócratas, éstos decidieron entregar el poder a los panistas, que siguieron cartabones priistas mal copiados y peor ejecutados.

 

 

La ineficiencia y la corrupción crecieron, creció exponencialmente la delincuencia, la economía se derrumbó en los doce años de panismo y después de dos elecciones controvertidas, regresó el PRI al poder, pero no el PRI de antes sino uno compuesto en su mayor parte, no por experimentados políticos formados en la brega diaria, sino por muchos oportunistas, ineficientes y ambiciosos.

 

 

El gobierno de Peña Nieto

 

 

Peña Nieto inició su gobierno con un equipo de priistas experimentados en el ejercicio del poder, gente que ha ocupado diversos puestos de elección popular, varios de ellos fueron gobernadores en sus estados y el arranque fue bueno.

 

 

Pero alguien falló en eso de pretender aprobar en paquete las llamadas “reformas estructurales”, educativa, energética y hacendaria y empezó a arder Troya.

 

 

Los maestros se están movilizando y el movimiento de protesta por la reforma que les atañe va en aumento pues se están uniendo a la CNTE los que militan en el SNTE; la reforma energética es rechazada por la izquierda, que raras veces se une pero ahora lo está, aunque no marchen juntos y sus argumentos para oponerse a dicha reforma parecen sólidos pero sobre todo suenan muy nacionalistas, y la reforma hacendaria está siendo cuestionada por diversos sectores, principalmente empresariales y de clase media y partidos de oposición han tomado sus banderas.

 

 

“Éramos muchos y parió la abuela”

 

 

En medio de protestas y movimientos políticos por todo lo anterior, en medio del combate a la delincuencia que parece no ceder tan fácilmente, con una economía colapsada durante los doce años anteriores, con medio país en la pobreza, llega un ciclón y una tormenta tropical y destruyen la infraestructura caminera construida durante décadas de esfuerzos.

 

 

Arrasan con casas y sembradíos dejando a cientos de miles en la miseria.

 

 

Es la destrucción más grande que se haya visto en años pues 26 de los 32 estados de la república, entre ellos Puebla, resintieron graves daños.

 

 

Reponerse de esta catástrofe, reconstruir lo destruido, atender las más ingentes necesidades de la población afectada, requerirá de miles de millones de pesos. Es un gasto que no estaba previsto que constituye un duro, muy duro golpe a nuestra economía tan deteriorada en los últimos tiempos.

 

 

Si México, como decían muchos economistas, estaba ya al borde de la recesión después de lo ocurrido entraremos en ella y no hay forma de evitarlo.

 

 

Somos un país con dependencia alimentaria, con sus campos abandonados desde el sexenio de Salinas y ahora destrozados por los fenómenos meteorológicos. Importamos maíz, frijol, arroz, trigo, soya, huevo, carne de pollo, etc.

 

 

El desempleo es galopante y la inflación también. No bastará este sexenio, por muy buena voluntad que se tenga en las altas esferas de gobierno, para superar los problemas que se confrontan.

 

 

Para remediar las cosas debemos estar unidos y colaborar todos. Esta es una emergencia nacional.

 

 

Los gobiernos de la república y de los estados deben caminar unidos, sean del partido que sean, para salir de esta bronca. Como dicen al rendir protesta, velando sólo por el bien de la unión.

 

 

Ya lo habíamos dicho en este espacio, a Peña Nieto le esperaba un trabajo arduo para poder sacar al país de la barranca pues es el Presidente de la República, no es un santo milagroso, pero ahora tiene un trabajo doble: enfrentar las protestas que se le han venido encima por las reformas estructurales que presentaron al mismo tiempo y trabajar muy duro para reconstruir todo lo que fue destruido por “Manuel” e “Ingrid”. Los políticos de todos los partidos no pueden ser de gran ayuda porque en la mayoría de los casos carecen de oficio y por lo que se ve, ni los panistas ni los perredistas quieren anteponer los intereses del país a los de sus siglas partidistas, pero además los dos son partidos en crisis, como también lo está el PRI. Y ahora ya no queda ni pedirle un milagro a la Virgen de Guadalupe, pues parece que ya nos abandonó.

 

 

 

Rate this item
(2 votes)
comments powered by Disqus