Sunday, 19 de May de 2024


La división en el PRI




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La división que existe al interior del Partido Revolucionario Institucional en Puebla, impide tomar cualquier decisión respecto a su dirigencia estatal.

Se trata de una división nunca antes vista en el partido tricolor, peor que la que ha existido en las filas del Partido de la Revolución Democrática, lo que ya es decir.

 

 

Las burbujas priistas, que en el PRD se llaman tribus, no parecen estar dispuestas a llegar a un entendimiento.

 

 

Parecen no darse cuenta de que estarán cinco años fuera del poder estatal y que en el 2015 habrá elecciones para renovar las diputaciones federales, que algunos priistas están seguros de ganar, pero si la división y los enfrentamientos tribales continúan, tampoco van a tener buenos resultados.

 

 

Lo que el PRI sufrió en las elecciones locales pasadas, fue una catástrofe. Y el problema se agrava porque no hay líderes, hay jefes de pequeños grupos cuya intención no es unirse, sino agredirse unos a otros hasta su total exterminio.

 

 

¿Quién sería capaz de lograr la unidad de los priistas, entre quienes se han mencionado como aspirantes a sustituir a Pablo Fernández del Campo? Sinceramente creemos que ninguno.

 

 

El más viable sería tal vez Jaime Alcántara, porque ha estado varios años fuera de las grillas locales, no pertenece a ninguna burbuja y lleva, hasta donde sabemos, buenas relaciones con todos los jefes grupales.

 

 

En estos momentos, el PRI poblano requiere de un dirigente ajeno a los numerosos grupos que se han formado en ese partido, todo el apoyo del centro, incluyendo apoyo económico y empezar un trabajo de reorganización desde abajo, desde las bases, desde los comités seccionales que si no han desaparecido, pueden desaparecer en cualquier momento.

 

 

Como está ahora el PRI no sirve ni siquiera para brindar un apoyo real a las reformas del Presidente Peña Nieto. Ese apoyo será solamente declarativo, mientras los enemigos de las reformas andan haciendo alboroto por todas partes.

 

 

Hay una huelga de hambre en el zócalo. La CNTE anuncia para hoy una manifestación de maestros en Puebla, con miembros de las secciones 23 y 51 del SNTE, pues la CNTE no tiene ni ha tenido una gran presencia en Puebla; solicitarán a los cañeros y a los estudiantes que no alcanzaron inscripción en la BUAP que se les unan, para hacer más grande el contingente que saldrá del reloj del gallito al zócalo.

 

 

Bien dice el diputado federal Enrique Doger Guerrero. El PRI poblano está en estado de coma, es decir, a punto de entregar los tenis y no hay ni siquiera alguien que le ayude a bien morir.

 

 

Las organizaciones priistas ni se mueven, ni pueden hacerlo: la CNC es también una organización declarativa, al igual que la CNOP o que las centrales obreras. Tal vez la única que podría realizar una movilización “para tomar las calles en apoyo de las propuestas presidenciales”, como prometió don César Camacho, presidente del PRI nacional, sería Antorcha Campesina, pero habría que ver si está dispuesta a eso o no.

 

 

Situación delicada para el gobierno

 

 

Los gobiernos federal y de los estados están viviendo en una situación bastante delicada.

 

 

Deben actuar con cautela para manejar los movimientos políticos y sociales que están surgiendo por todos lados.

 

 

Hay un gran descontento social por la situación económica que vive el país, pero también por los graves problemas sociales que se han venido agravando con el tiempo, como el de la inseguridad.

 

 

Hemos visto cómo los maestros de la CNTE se han desbordado en sus protestas en varias entidades del país, pero especialmente en la capital de la república, donde se han concentrado mentores de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, principalmente.

 

 

Pero también se ha visto una actitud tolerante de parte del gobierno federal y del Distrito Federal, que ha impedido que la situación de por sí difícil, se agrave y pudiera llevarnos a cosas peores.

 

 

¿Se acuerda del 68? Si el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz hubiera aguantado un poco y no hubiera cedido a las provocaciones, tal vez la historia no hubiera sido tan drástica con él.

 

 

Los “halcones” quieren guerra, que el gobierno reprima a cualquier grupo disidente, pero eso se ha visto, que no es el mejor camino en un país que se precie de democrático y nosotros no lo somos, pero presumimos de ello.

 

 

Si a las autoridades les da por la represión y no por el diálogo y la negociación, podemos terminar, así como están las cosas, en algo parecido a uno de los países árabes que tienen conflictos.

 

 

En Michoacán y Guerrero hay problemas en las pequeñas ciudades y en los pueblos, entre las policías comunitarias y los cuerpos de seguridad oficiales, pero hasta ahora se ha logrado mantener una relativa calma, porque los jefes militares y policiacos se han comportado con serenidad y buen juicio. Eso es lo que todos esperamos y no que porque a un gobierno lo acusen de débil, vaya a iniciar una represión violenta sólo para demostrar que no lo es, e incendie un estado o al país entero.

 

 

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