A través de internet, mi conciencia y mi libre albedrío, siendo soberano de mí mismo, ya no puedo llamarme ciudadano sólo de mi patria, sino ciudadano del mundo entero, y más cuando la rapiña militar sobrevuela el planeta con sus garras asesinas, y como tal, internauta de ideales humanistas, no puedo quedarme callado ante la barbarie que transmite segundo a segundo la catástrofe en que han sumido los gorilas a Honduras. Donde tanquetas y cañones hacen trizas la democracia; asesinos que apuntan el fusil contra sus propios hermanos; con sus gases lacrimógenos que asfixian de tajo los aires de libertad; golpistas hijos de puta que secuestran la justicia y envilecen al género humano.
El domingo vi aterrado como destituían al presidente Manuel Zelaya a través de una carta infame, fraudulenta; vi como se votaba en un congreso hondureño plagado de alimañas. Una rata llamada Ramón Custodio, comisionado de los derechos Humanos en Honduras defendiendo lo indefendible, un golpe de estado y a sus secuaces. Defendiendo el lado oscuro de su conciencia. Un Roberto Goriletti, sinvergüenza mal parido, derrocando un gobierno electo por el pueblo y asumiéndose como un presidente redentor de las cucarachas junto a un congreso hondureño lleno de espurios conspiradores. Un abismo siniestro para llevar a la profundidad a Honduras. Escuché a sus oradores, voz al cuello, implorar la gracia de Dios para salir bien librados de sus actos criminales. Y como de pie, esos congresistas también electos por el pueblo hondureño, aplaudían su propio cinismo.
Desde mi conciencia repudio todo acto donde las armas intenten sustituir los argumentos. Repudio todo acto vandálico de los militares en contra de los pueblos. Todo asesinato. Toda desaparición forzada. Toda fosa clandestina abierta en las venas de la tierra. Aborrezco cualquier golpe en contra de la democracia, la justicia y la libertad en el planeta y ahora, en Honduras.
SOBRE LAS ELECCIONES DEL DOMINGO 5 DE JULIO Y LOS TRAIDORES
Votaré por la coalición Salvemos a México orquestada por dos partidos, PT y Convergencia. Por primera vez en mi vida no votaré por el PRD. Y es por una cuestión de congruencia; cuando veo a Jesús Ortega, presidente nacional de ese partido, negociando hasta sus calzones con tal sumisión en contra de lo que yo creo, me produce escozor purulento en mi epidermis. Jamás transar con los asesinos de la democracia. Gorilas de un fraude como es Fecal y la camarilla del PRI, porque aquí en México, a partir del 2 de julio de 2006, hubo un Golpe de Estado para usurpar la Presidencia de la República. La política no debe ser el arte de convertir las posaderas en instrumentos de negociación. México (y Puebla) no se merecen a traidores a la patria, como son los priistas, los panistas, y ahora, los perredistas chuchos. Tal vez por eso jamás he pertenecido a partido alguno, para no mancharme con sus aberraciones, aunque Convergencia y PT no estén libres de pecado, es mejor votar, que dejar un cheque en blanco en manos de ladrones. Grrrrr.
SOBRE LA RADIO CLANDESTINA Y RADIO VIDA
En 2006 un grupo de ciudadanos iniciamos un proyecto para constituir la primera radio comunitaria en Puebla, la 99.9 fm. Este proyecto surgió en un intento para contrarrestar el desequilibrio en medios de comunicación y el cerco informativo que se generó en torno a los movimientos políticos de ese entonces, además, en materia cultural, las ofertas radiofónicas eran sumamente escasas. En ese entonces sólo había tres estaciones culturales que sonaban en Puebla: Radio Buap, Sicom Radio, y una que llegaba desde Tlaxcala, Radio Altiplano, todo lo demás eran Cumbias, Tropicales y Pipoperas. Nuestro intento de radio fue clausurado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a través de Cofetel en octubre de 2007. Habida cuenta que no se pueden instalar, operar y administrar estaciones de radio en señal abierta que tengan una clara orientación política y/o religiosa. Hoy, los herederos de la plutocracia divina son solapados por la clase política en turno para impulsar una estación ilegal cristiana: Radio Vida. ¡Válgame San Crispín! Hubiera hecho de mi enojo político de aquellos años una imprecación a Dios. Ahorita tendría estación de radio y se llamaría: “Ra Dios en las Alturas. Transmitiendo desde Puebla de los Ángeles, en la 99.9 de FM para todos los oídos castos, puros y, ciertamente, ciegos.”