En las últimas dos semanas, activistas y padres de familia de la Escuela Secundaria Jorge L. Tamayo han denunciado la tala de seis árboles de gran tamaño, aparentemente saludables, como parte de un proyecto de construcción de un salón de usos múltiples.
La comunidad educativa, padres de familia y activistas expresaron su preocupación, por lo cual, solicitaron dialogar con la directora de la institución, Leticia Valderrama Arruel, así como con los encargados de la obra, sin embargo, sus peticiones han sido desatendidas y los han remitido al ayuntamiento para obtener respuestas.
Los afectados no están en contra de la construcción del nuevo espacio educativo, pero piden que se realice en otra área que no implique la destrucción de árboles de gran antigüedad y frondosidad, los cuales contribuyen significativamente al medio ambiente.
“Estos árboles llevan muchos años aquí y son vitales para nuestra comunidad, no queremos que se sacrifiquen cuando hay otras soluciones posibles”, declaró un padre de familia.
La institución intentó ocultar la tala de árboles colocando lonas en la barda perimetral de la escuela, no obstante, el ruido de las motosierras alertó a los vecinos y a los padres de familia, quienes se movilizaron para exigir que se detenga esta acción, calificada por ellos como ecocidio.
Además, algunos tutores han señalado que las necesidades más urgentes de la escuela incluyen la rehabilitación de los módulos sanitarios y no la construcción de un salón de usos múltiples.
A pesar de los intentos de comunicarse con los representantes de la escuela para obtener una explicación, la respuesta ha sido evasiva, por lo que los han enviado directamente con autoridades del Ayuntamiento municipal, ya que el permiso fue otorgado por el área de ecología, por lo cual se procedió a derrumbar seis árboles.
La comunidad se mantiene vigilante para evitar que más árboles sean derribados, aunque la obra se lleva a cabo dentro de las instalaciones escolares, lo que dificulta una evaluación precisa del impacto ambiental.
La situación en la Escuela Secundaria Jorge L. Tamayo sigue desarrollándose, y padres de familia y activistas continuarán buscando un diálogo abierto y soluciones que no perjudiquen el medio ambiente ni las necesidades básicas de los estudiantes.
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