La imposición de Mauricio Toledo Gutiérrez en San Martín Texmelucan es el punto de quiebre, la fractura de la coalición Morena-PT en Puebla. Desde este momento queda claro que el abanderado es una pieza de la cúpula nacional para enturbiar –aún más–, los ánimos partidistas en la entidad. 

En el marco de los nuevos esquemas de las campañas electorales el domingo 4 de abril arrancaron los candidatos a diputados federales. El escenario fue desolador, lastimoso, incluso dramático. Las actuales campañas nada le dicen a los grandes sectores sociales.

En varias ocasiones nos hemos referido a Francisco Fraile García, ‘El Pastor’.

La candidatura de Claudia Rivera Vivanco es -ante todo-, una innecesaria provocación social.

Se llama Inés Parra Juárez, en 2018 fue postulada por Morena como candidata a diputada federal por el distrito de Ajalpan. Como sucedió con la gran mayoría de los abanderados de ese partido la ola lopezobradorista la llevó al triunfo.

Como ningún otro medio de comunicación DIARIO CAMBIO ha detallado el Geno-cidio, la catástrofe provocada por Genoveva Huerta en las filas del panismo; su partido no se podrá recuperar en un mediano plazo; el costo de las burdas y grotescas imposiciones será enorme y las fracturas en la militancia se prolongarán en los próximos años.

Hace unos días hicimos algunos apuntes sobre puntos rojos en materia de medio ambiente, pero ante nuevas evidencias nos permitimos ampliar la información.

En horas recientes, DIARIO CAMBIO publicó datos de una carpeta de investigación en la que se ratifica la existencia de un grupo de presidentes municipales de la Sierra Negra que tienen oscuros nexos con grupos criminales.

Ni siquiera el puente vacacional pudo contener las reacciones y las protestas de la militancia panista contra las grotescas y burdas imposiciones de su lideresa.

La genética no miente y Genoveva Huerta Villegas piensa que sigue en los tiempos del morenovallismo, donde podía hacer lo que quisiera e imponer como le venga en gana.