Friday, 29 de March de 2024

Me golpeó un proyectil de forma cilíndrica y perdí el ojo: narra otra víctima del desalojo

Miércoles, 30 Julio 2014 01:50
Hugo Jiménez Valera, una de las víctimas de San Bernardino Chalchihuapan, luce la mutilación de su ojo izquierdo por el estallamiento completo del globo ocular provocado por un proyectil disparado por policías estatales el 9 de julio, cuando desalojaron la autopista a Atlixco. Las huellas de la secuela las oculta la mayor parte del tiempo con unas gafas oscuras. 
  • Elvia Cruz



San Bernardino Chalchihuapan.- El rostro de Hugo Jiménez Valera, poblador de San Bernardino Chalchihuapan, luce la mutilación de su ojo izquierdo, estallamiento completo del globo ocular, que oculta la mayor parte del tiempo con unas gafas obscuras. Se trata de otra de las víctimas de los proyectiles que la Policía estatal disparó en el desalojo de la autopista a Atlixco.



Desde su casa de adobe, de apenas 3 por 12 metros, su testimonio es contundente: pese a que no formaba parte de la manifestación, fue alcanzado con un proyectil que describe como “un cilindro del tamaño de un pequeño espray” que lo golpeó con fuerza justo en el ojo, dejándolo inconsciente. “Lo disparaban con fuerza, con armas. Me iban a dar en la cabeza pero de que volteé me dio en el ojo. El doctor dice que tuve suerte porque si me hubieran dado en alguna parte de la cabeza, como el niño (Tehuatlie) no estaría contándolo”.



La lesión, así como su visión deficiente, los llevará toda la vida. Pese a su nueva condición minusválida, lanza una advertencia al gobernador Rafael Moreno Valle: “que no se atreva a volverse a meter con el pueblo porque quién sabe si salga vivo de aquí”.



Padre de tres hijas y responsable de mantener a cuatro personas, estuvo hospitalizado una semana. En un inicio se niega a narrar lo que ocurrió ese día, pues justifica que los medios de comunicación son “aliados” del gobierno. Además, le han llegado rumores de que cuenta con una orden de aprehensión y a pesar de que ya se amparó, señala que todo extraño que entra a esta comunidad es “sospechoso”.



Hasta antes del 9 de julio se ganaba la vida como dj amenizando fiestas y reuniones. Él forma parte de las víctimas del enfrentamiento del pasado 9 de julio entre policías y manifestantes de San Bernardino Chalchihuapan en la autopista a Atlixco.



A Hugo no le quedan dudas de que el único responsable de la muerte del niño José Luis Tehuatlie Tamayo, así como de las lesiones que sufrieron civiles y uniformados, es el gobernador.





Regresaba de una reunión de padres de familia



Eran alrededor de las 15 horas cuando él regresaba con su esposa y dos de sus hijas de Chipilo. Habían asistido a una reunión de padres de familia por el fin de curso de su hija mayor cuando se toparon en el puente que está en la entrada de su comunidad con la repliega entre granaderos y civiles. Hasta ese lugar los bajó el camión porque ya no pudo avanzar más.



Asegura que hay testigos de que no formaba parte de quienes exigían el regreso del servicio del Registro Civil al pueblo. Cuando se dirigía a pie con su familia con dirección a la comunidad, fue alcanzado por un proyectil que describe como “un cilindro del tamaño de un pequeño espray” que lo golpeó con fuerza justo en el ojo izquierdo, dejándolo inconsciente. “Lo disparaban con fuerza, con armas. Me iban a dar en la cabeza pero de que volteé me dio en el ojo. El doctor dice que tuve suerte porque si me hubieran dado en alguna parte de la cabeza, como el niño (Tehuatlie) no estaría contándolo”.



El dolor físico se transformó en coraje, señala, pues lo que más le preocupa es ya no poder trabajar de dj como lo ha venido haciendo desde hace más de siete años, porque para eso “se necesita de dos ojos”. Su esposa no trabaja y en los últimos días han vivido de la ayuda de sus padres y de los vecinos.



Es fácil afirmar que Hugo vive en condiciones muy precarias. Una casa de adobe con piso de tierra y techo de lámina, sin divisiones que distingan un cuarto, una sala o un comedor, lo cobija. Apenas una cama individual de madera en donde duermen sus hijas. Él se queda en el piso con su esposa. En la misma pieza hay cajones de cartón en donde guardan la ropa y una pequeña estufa de mesa.



Ninguna autoridad se ha acercado para ofrecerle apoyo, sólo visitadores de la CNDH estuvieron en su casa el fin de semana para escuchar su versión, que forma parte de las investigaciones del organismo. Tampoco ha sido citado para declarar ante el Ministerio Público.



 



“El gobernador los dejó mutilados”



En una pequeña tienda en la entrada de San Bernardino vive Martín Xelhua Romero, el señor que le fue perforada la mejilla izquierda con una presunta bala de goma que derivó en que perdiera el habla.



Regresó hace un par de días, tras dos cirugías a los que fue sometido para buscar reconstruirle el rostro con la colocación de dos placas de acero, aunque quedó mutilado, pues perdió parte de la mandíbula y la lengua. “El gobernador los dejó mutilados, ya debe de estar contento”, dice a CAMBIO una mujer que atiende el negocio sin querer dar a conocer su nombre, aunque los vecinos aseguraron que se trata de la esposa de la víctima.



Fue todo lo que ella comentó entre el enojo y extrañamiento por ver a gente que no es del pueblo.



Por otro lado, una hermana de Vicente Tecalero, otro joven que resultó con heridas en el rostro, declaró que él “ya no puede escuchar y todo es culpa del gobernador”.



 



Se acerca el DIF nacional



La tía del menor Tehuatlie Tamayo, Narcisa, informó que el fin de semana acudió a Chalchihuapan personal del DIF federal, quienes les ofrecieron ayuda “como despensas” o terapias psicológicas, pero que hasta el momento ellas lo han rechazado.



“Mi hermana —Elia Tamayo— lo está analizando. Lo que sí es que del gobernador (Rafael Moreno Valle) no queremos nadita. Porque si aceptamos, va a pensar que ya nos compró con eso y la muerte de nuestro niño no vale ni todo su dinero. Jamás tendrá nuestro perdón de lo que nos hizo”, indica mientras observa a sus hijos trabajar en el patio de su casa en la elaboración de hamacas.



En general, los entrevistados sostuvieron que las personas de los pueblos tienen derecho a exigir a través de manifestaciones. Ellos no entienden que sea un delito bloquear calles. El problema, aseguran, es contar con un gobierno “represor” e intolerante que no cede a negociaciones.



 

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Modificado por última vez en Miércoles, 30 Julio 2014 03:23