Los vecinos contaron al diario La Prensa de Lara que vieron por última vez a la niña ayer en la mañana. La pequeña corría desnuda por la casa. Cerca de las 3.00 de la tarde, el mayor de los cuatro hijos de Pereira se acercó a una conocida y le comentó que su madre les decía que su hermanita se había perdido. No sabía dónde estaba.
La comunidad comenzó a vigilar a la mujer y la capturaron cuando regresaba con un coche lleno de sangre de una zona enmontada. Llamaron a la Policía y la entregaron.
En el interrogatorio, Pereira les dijo: “Un gato negro me ordenó matarla. Quería sus ojos verdes”. Detalló que con sus propias manos la estranguló, le clavó un cuchillo en la nuca para decapitarla y después la desmembró poco a poco. “El gato la miraba mientras lo hacía. Me costó mucho arrancarle los brazos y las piernas”.
La ama de casa, según La Prensa, tomó varias bolsas negras y transparentes, en unas colocó la cabeza y en las otras en cuerpo. Las montó en el cochecito y caminó hasta la orilla de la quebrada de La Ruezga, allí se deshizo del cadáver, pero regresó a su casa con la carriola. A su retorno la capturaron.
Luis Rodríguez, director de Polilara, informó a El Impulso que los uniformados interrogaron insistentemente a la mujer hasta que confesó haber sido ella quien asesinó a su hija. Cree que la mujer sufre de trastornos mentales o que estaba bajo efectos de algún narcótico. Agregó que esa hipótesis deberán confirmarla los médicos forenses.
Quienes la conocían comentaron que no trabajaba, vivía y sostenía a sus cuatro hijos con la colaboración que le daban las iglesias cercanas a su casa.
El caso pasó a la Fiscalía 20 del Ministerio Público del estado Lara. Se espera que en las próximas horas priven de libertad a la presunta homicida.