Friday, 22 de November de 2024


Un gobernador llega hasta donde el presidente de la república lo permite




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El gobernador Rafael Moreno Valle es un tipo con suerte. Tuvo la suerte de utilizar de escudo protector el Pacto por México en el tiempo justo y momento preciso, de las garras largas del PRI y de Enrique Peña Nieto, para así ganar la mayoría de diputaciones del Congreso y las alcaldías de Puebla en este 2013.

En el comic del Capitán América se demuestran las bondades del escudo del héroe enmascarado y el poderío que con esa placa de metal adquiere. Lo hemos visto en el cine. Moreno Valle hizo lo mismo con el Pacto por México; con él, evitó que el monstruo de mil cabezas llamado federación lo hiciera tiras.

 

 

Del PRI se podrán enlistar todas sus torpezas, desde la campaña publicitaria que fue un auténtico fiasco hasta sus fracturas internas pasando por su debilidad financiera. Y todo eso cuenta, en efecto. Pero me parece que si habría que encontrar el factor clave de la elección de este año, ese no sería otro que el pacto del que urge Peña Nieto para sacar adelante sus reformas constitucionales de cinco estrellas.

 

 

No me parece justo acusar de traidores a algunos priistas poblanos ni tampoco de paleros a aquellos partidos que sirvieron de aliados para que Moreno Valle se atragantara del pastel de las victorias y diré las razones. Un gobernador llega hasta donde se lo permite su presidente de la república. Siempre ha sido así.

 

 

Peña Nieto le permitió no sólo su cóctel de alianzas sino su intromisión en los comicios y su operación electoral. Recordemos que sus vínculos con Elba Esther Gordillo lo tenían atado de manos y con una soga al cuello. Su capacidad de maniobra era nula, cero. Sin embargo el Pacto por México lo desató y le dio el privilegio de conservar su poderío.

 

 

Hoy se pretende crucificar a los políticos y a los partidos que le sirvieron de cómplices. Le mientan la madre a un delegado nacional del PRI lenguaraz, a un dirigente estatal inepto y a un diputado federal que si de culpas se trata tienen la menor de todas porque el verdadero responsable de lo ocurrido en Puebla, como en Oaxaca, Sinaloa y Baja California, despacha en Los Pinos.

 

 

Las evidencias son contundentes. Un ciego puede verlas. La inoperancia electoral de las delegaciones federales, la desnutrición económica priista y las facilidades dadas por el gobierno peñista para que Moreno Valle hiciera de las elecciones su tertulia, casi orgía, quedan para ser analizadas, pero con seriedad.

 

 

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