Thursday, 21 de November de 2024


+ Aeroméxico; ¿huelga y requisa? + Líder de Mexicana, tras conflicto




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Luego del truene de la empresa Mexicana de Aviación por malos manejos financieros de sus dueños, Aeroméxico se encuentra sumida en una revisión salarial con sobrecargos que no encuentra salida: los trabajadores ya preparan sus comités de huelga y la Secretaría de Trabajo ya tiene el decreto de requisa.

Además de que el líder de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, Ricardo del Valle, es empleado de la inexistente Mexicana, la revisión en Aeroméxico vence el próximo viernes 31 de mayo y todo indica --por la falta de resultados en las negociaciones en la Secretaría del Trabajo-- que la huelga estallará en el primer minuto del sábado primero de junio, pero casi de manera inmediata el gobierno requisaría la empresa para evitar daños a los usuarios.

 

 

Aeroméxico es la empresa mexicana de aviación más importante y ha ido ocupando paulatinamente los espacios de Mexicana. Pero la revisión salarial de este año ha llevado a dos posiciones concretas: el aumento salarial y de prestaciones que exigen los sobrecargos que aumentaría en 180% el valor actual de la nómica de sobrecargos y la demanda de Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica que presentó la empresa para modificar a la baja el costo del contrato laboral por su grave efecto en las finanzas.

 

 

El caso de Aeroméxico podría ser la primera huelga de importancia en el sexenio presidencial del PRI y sus consecuencias podrían ser desastrosas para trabajadores y empresas, sobre todo porque el colapso de Mexicana no encontró compradores a lo largo de casi tres años y todos los indicios señalan que pronto será borrada del mapa empresarial. La revisión salarial de Aeroméxico tiene a la empresa arrinconada por demandas que se alejan de las tendencias viables: sólo en salarios, los sobrecargos exigen 10% de aumento, además de mayores prestaciones sociales.

 

 

El problema radica en las estrecheces del mercado, los efectos de la crisis de influenza del 2009, la recomposición de la demanda nacional y los aumentos en los precios de las materias primas. En este contexto, las revisiones salariales han intentado no afectar la competitividad, sobre todo por la estructura desigual de costos de producción de otras empresas.

 

 

En las negociaciones salariales, Aeroméxico propuso condiciones económicas menores pero sólo para sobrecargos futuros, dejando iguales las que tienen los trabajadores en operativo. Sin embargo, la dirección sindical asumió una posición intransigente, no presentó a sus agremiados las ofertas de la empresa y sólo se ajusta al paquete de exigencias originales de la Asociación Sindical.

 

 

Las exigencias del sindicato representan un aumento de 180% del valor actual de la nómina de sobrecargos y plantea una contratación de 160 sobrecargos pero sin reorganizar los horarios de los actuales y sin discutir posibilidades de mejoramiento de la productividad. Entre las prestaciones sociales adicionales los sobrecargos piden aumento en boletos de avión para ellos y beneficiarios, aumentar los estímulos de asistencia, aumento en las sumas de los seguros médico y de vida, aumento de viáticos, aumento de recesos de jornadas, pagos extraordinarios por demoras.

 

 

El asunto es que la cercanía del estallamiento de la huelga ha comenzado a dividir a los sobrecargos, porque ya se han formado grupos que quieren llegar a un acuerdo con la empresa para impedir la huelga y por tanto alejar la requisa, además de defender el actual contrato de trabajo. En cambio, al Asociación Sindical ya organizó su comité de huelga como indicio de que no habrá flexibilidad en sus demandas.

 

 

Los escenarios posibles hasta ahora sólo contemplan el estallamiento de la huelga porque la dirección sindical ya dejó en claro que no variará ni un milímetro en sus demandas y la empresa ha establecido parámetros económicos que exhiben la imposibilidad financiera para cumplir con las demandas sin afectar la viabilidad de la empresa. En todo caso, los escenarios viables son dos: huelga con paralización de actividades mientras duran las negociaciones y por tanto afectación de los usuarios que ya tienen boletos y paquetes de viaje comprados o huelga con requisa por parte de la Secretaría del Trabajo para mantener la empresa en funcionamiento.

 

 

El espacio de negociación se encuentra en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), pero los indicios conocidos señalan que tampoco ahí hay optimismo de solución y sí algunos datos que hablan de la inminente requisa. En las pláticas en la Secretaría del Trabajo el líder sindical Ricardo del Valle ha dejado claro su disposición a estallar la huelga y no variar sus demandas. La intransigencia del líder sindical ha causado temores en los sobrecargos porque han visto los problemas de  sus colegas de Mexicana de Aviación que perdieron sus empleos hace tres años y ahora han tenido que buscar trabajo en otros oficios.

 

 

La salida que se ha planteado en las negociaciones en la STPS radica en un punto intermedio que aumente salario y prestaciones, pero sin romper los equilibrios financieros de la empresa y también sin afectar el equilibrio macroeconómico que exige aumentos salariales apenas arriba de la inflación o similares a la inflación para no distorsionar la relación demanda-oferta de bienes y servicios. Asimismo, se han establecido comparativos de salarios y prestaciones de sobrecargos de Aeroméxico con líneas aéreas nacionales y extranjeras y hasta ahora están por arriba.

 

 

Y en la negociación tiene que encontrar alguna salida la propuesta de la empresa de modificar las condiciones económicas de los trabajadores porque han comenzado a afectar la viabilidad financiera de la empresa. Lo que se centra en la negociación de Aeroméxico es el futuro de la empresa y la oportunidad de que empresa y trabajadores entiendan la lógica de la sobrevivencia.

 

 

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