“Estamos en procesos sociales complicados que tienen que ver no sólo con el aumento de la violencia a nivel social, es decir, con la presencia del crimen organizado en diferentes regiones, sino con que el empleo formal no creció durante la administración anterior; estamos hablando de 60 millones de mexicanos y a eso hay que sumarle, la crisis educativa”, señaló.
Algunas de las cifras que esta investigación ha arrojado es que México se ubica entre los primeros 28 países del mundo en la trata a personas y es el quinto en América Latina en donde las bandas de traficantes de personas enganchan a más víctimas, en su mayoría son destinadas a explotación sexual comercial y al trabajo forzado.
También evidencia que el negocio ilegal implica a 246 millones de niños, cuyas edades oscilan entre los cinco y 16 años, de los cuales el 16% se concentran en Asia y el Pacífico y 8% en América Latina.
“No es fácil ingresar a una profesión y cuando los jóvenes la concluyen se enfrentan al problema del bajo salario por lo que muchos aceptan situaciones de explotación laboral e incluso, hay casos de desaparecidos que son incorporados al crimen organizado. Y eso también es trata de personas porque son obligados”, indicó René Jiménez Ornelas.
De acuerdo con el investigador, la trata de personas incluye el reclutamiento, transporte, compra, venta, traslado, albergue o recepción de personas mediante amenazas, secuestro, fraude, engaño y servidumbre por deudas, con el propósito de retener a una persona para que realice prácticas que se asemejan a la esclavitud.
En México, dijo, se presenta a través del engaño –pues les convence la promesa en más del 80%, de ayudar económicamente a su familia, por no padecer hambre en el caso de niños de la calle y por falta de empleo– y del secuestro, principalmente en niños y adolescentes de Ensenada y Tijuana.
INTERNET. Uno de los elementos que el especialista en violencia social ha observado durante su investigación, es el uso del internet y las grabaciones vía celular como estrategias para concretar la trata de personas, las cuales han aumentado en los últimos siete años.
“El problema es que estas modalidades no forma parte integral de una política de seguridad pública nacional”, lo cual genera que esas estrategias ilícitas se vean favorecidas porque la policía cibernética de la PGR no es tan audaz, “pues existen hackers capaces de bloquear páginas federales y borrar información”, indicó.
El uso de estas prácticas se observan, dijo, en grandes ciudades y centros turísticos como: Distrito Federal, Acapulco, Cancún, Tijuana y Ensenada. “Y en términos generales, estos dos últimos lugares (Tijuana y Ensenada) es donde mayor trata de personas se registra y no muy lejos, se ubica el Distrito Federal y lugares como Temixco, Morelos. Este fenómenos, añadió, también empieza a tener presencia en Hidalgo y el Estado de México.
“La trata de personas la empezamos a trabajar desde hace dos años en el Distrito Federal, en La Merced y en parques y tiendas de masaje de la Gustavo A. Madero, resultados que presentaremos a finales de marzo”, concluyó el investigador de la UNAM.
