El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) están prácticamente quebrados por el creciente costo de los pasivos laborales, que suman más de 9 billones de pesos, cantidad que equivale a 58.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Las aportaciones de estas dependencias al fondo de pensiones a las cuentas individuales de los trabajadores suman casi 1.3 billones de pesos en Pemex; 2.4 billones en el IMSS; 452 mil millones de pesos en la CFE y 4.8 billones de pesos en el ISSSTE.
La situación tenderá a continuar en 2014 si se aprueba el paquete económico propuesto por el gobierno federal, en el que se privilegia el gasto corriente sobre la inversión productiva.
Las paraestatales están en quiebra
Las entidades sujetas a control presupuestario directo, que son el IMSS, el ISSSTE, la CFE y Pemex, están prácticamente quebradas por el creciente costo de los pasivos laborales, una deuda contingente que merma cada vez más el patrimonio de dichas instituciones.
Según la información disponible, la suma de los pasivos laborales de estas cuatro instituciones, da como resultado 9.1 billones de pesos, cantidad que equivale a 58.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Los pasivos laborales son de 1.3 billones de pesos en Pemex; 1.2 billones de pesos en el IMSS; 452 mil millones de pesos en la CFE; y 4.8 billones de pesos en el ISSSTE, si se consideran sólo aportaciones de las dependencias al fondo de pensiones a las cuentas individuales de los trabajadores.
El ISSSTE ha logrado mantenerse en operación porque cada año recibe transferencias del gobierno federal que, según la información oficial disponible hasta 2011, solamente de enero a diciembre de ese año totalizaron 125 mil 321 millones de pesos, 53.1 por ciento más que lo originalmente programado.
Los pasivos laborales, también llamados deudas contingentes están consumiendo el patrimonio de todas y cada una de las instituciones que se mencionan, según los datos.
Al cierre de junio de 2013, Pemex reportó pasivos totales, incluida la reserva para beneficios a empleados, por un monto de 2 billones 325 mil 756 millones de pesos y, por otra parte, un patrimonio con valor de 324 mil 360 millones de pesos.
La diferencia entre el pasivo total y el patrimonio dio como resultado dos billones un mil 397 millones de pesos, lo que significó un retroceso de 1.1% respecto al balance de diciembre de 2012.
Algo similar ocurrió en la CFE durante el primer semestre de este año, cuando reportó un pasivo de 902 mil 495 millones 609 mil pesos y un patrimonio de 74 mil 155 millones 147 mil pesos.
El total del pasivo y patrimonio de la CFE dio como resultado 976 mil 650 millones 756 mil pesos, cantidad inferior en 13 mil 273 millones 381 mil pesos, respecto a diciembre de 2012.
Cabe señalar que, como consecuencia del crecimiento del pasivo laboral, en el primer semestre de 2013, la CFE registró una pérdida de poco más de 35 mil millones de pesos.
En 2012 el Seguro Social registró pérdidas por 666 mil 219 millones de pesos, dos por ciento más respecto a la contabilizada en 2011.
El saldo negativo se derivó de ingresos por 301 mil 359 millones de pesos y gastos por 967 mil 578 millones de pesos, de los cuales 727 mil 174 millones se generaron por el costo del Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los empleados del instituto, que ascendió a 685 mil 308 millones de pesos, y por el pago de 41 mil 866 millones de pesos a pensionados y jubilados por el IMSS.
Privilegian gasto corriente
En 2014, el gobierno federal seguirá privilegiando el gasto corriente sobre la inversión productiva, según el paquete económico presentado por el Ejecutivo Federal al Congreso de la Unión, lo que significa que el proyecto de reforma hacendaria mantiene la estructura tradicional del gasto público.
Si el Legislativo aprueba la propuesta presidencial, el próximo año el gasto programable totalizará tres billones 486 mil millones de pesos, de los cuales 76.8 por ciento, representativo de dos billones 679 mil millones de pesos, será destinado al pago de servicios personales.
Dicho monto implica un incremento de 10.1 por ciento en términos reales respecto al gasto que se destinó para el mismo propósito en 2013.
Por su parte, el gasto de capital, que es la inversión en infraestructura, ascendería en 2014 a 807 mil 400 millones de pesos, lo que representaría un incremento de 8.6 por ciento respecto a la programada para este año.
Las cifras revelan que el monto del gasto en servicios personales y su crecimiento respecto a 2013 es mayor que el tamaño y la evolución de la inversión productiva, que es la que genera crecimiento económico y empleos.
Así, el sector público destinará en 2014 casi 77 centavos de cada peso al pago de salarios, pensiones y subsidios, y solamente un poco más de 23 centavos a inversión productiva.
La relación es prácticamente la misma que se ha mantenido durante los últimos años, por lo que la reforma hacendaria propuesta por el Ejecutivo no modifica de fondo la estructura de gasto, según muestran los datos de Hacienda.
Reforma afectará a la vivienda
El IVA a casa habitación podría ser el tiro de gracia a las desarrolladoras de vivienda, porque encarecerá el precio de la misma y reducirá la capacidad de compra de los consumidores, advirtieron analistas.
Sostuvieron que si el Congreso de la Unión aprueba la propuesta del Ejecutivo Federal, se encarecerá el crédito hipotecario y la vivienda misma, lo que hará más difícil la compra de ese tipo de inmuebles.
Quienes esperaban adquirir su primera vivienda retrasarán su decisión de compra, y quienes ya la tienen y planeaban venderla para comprarse una mejor, podrían desistir definitivamente de esa intención.
Según Francisco Olivares y Enrique Ramírez, socios de la firma de consultoría Ernst & Young, hay personas de bajos ingresos que incluso podrían dejar de pagar sus créditos hipotecarios.
“Una persona de 25 años que empieza su vida laboral, se casó, y como el gobierno le ofrecía la posibilidad de adquirir un crédito exento de IVA, decidió comprar su primera vivienda. Pero ahora le cambian las reglas del juego y le dicen que ya no es deducible, entonces, ya no va a lograr el ahorro que había considerado para después comprar una casa más grande”, dijo Olivares.
Entonces, agregó, la propuesta presidencial afectará a las personas que probablemente no tienen capacidad para pagar los créditos que se comprometieron basados en las reglas que su gobierno les había dado, lo cual es grave.
“Siguiendo con esta historia de terror, cuando venda su vivienda le van a cobrar el IVA, y cuando quiera invertir ese dinero para comprar otra también”, agregó Ramírez.
“Al final del día, si su vivienda vale un millón de pesos, no va a encontrar quien le pague un millón 116 mil pesos. Le van a pagar un millón, pero va a tener que darle 16 por ciento al gobierno. Cuando reinvierta lo que le sobró en la siguiente casa, le van a volver a cobrar el IVA, y si no le alcanza y se va a rentar, también le van a cobrar el impuesto”, explicó el experto para dimensionar la magnitud del problema.
Los especialistas insistieron en que el escenario podría dar el tiro de gracia a las grandes desarrolladoras de vivienda.